Quienes emigran del Ecuador sin los documentos en regla están en serios problemas en México si su intención es, en las mismas circunstancias de ilegalidad, llegar a los EE.UU.
Desde el jueves anterior dejaron de atender los consulados ecuatorianos ubicados en Ciudad de México y Monterrey.
Esa fue la decisión del Gobierno mexicano como parte del lío diplomático con Ecuador a raíz de la malhadada concesión de asilo político al exvicepresidente Jorge Glas.
Según el Ministerio del Interior, en estos primeros meses de 2024 salieron de Ecuador 15.967 personas con rumbo a México, una cifra alarmante considerando el flujo migratorio a este país en 2023.
México pasa por gravísimos problemas derivados del narcotráfico, cuyas bandas también se dedican al secuestro de migrantes indocumentados para extorsionarlos, pululan los “coyoteros” prometiéndolos el paso a los EE.UU., entre otros peligros.
Miles de compatriotas están en ese país para conseguir una cita a fin de presentarse antes las autoridades migratorias en la frontera.
Otros permanecen detenidos, secuestrados, son expulsados, están en condiciones de vulnerabilidad, de acuerdo a la versión de la Organización 1800migrante.com.
Informaciones recibidas de ecuatorianos en semejantes condiciones eran trasladadas a los consulados. Estos, a su vez, coordinaban con la Fiscalía mexicana o el Instituto Nacional de Migración de México, rescates, repatriaciones u otras acciones a objeto de salvaguardas sus vidas.
¿Y ahora? La situación se torna cuesta arriba; pues todo cuanto se hacía en los consulados cerrados, ahora corresponde hacerlos en los ubicados en Guatemala y en Arizona (EE.UU.), o en las oficinas de la Organización Internacional para las Migraciones y en la Agencia de la ONU para Refugiados en territorio mexicano.
Subjetividades aparte, no será lo mismo. Sin exagerar, nuestros migrantes prácticamente están en la indefensión; y la solución al lío diplomático, ni pensar.