Al cumplir un siglo de vida, Luz Esmeralda Calle Cabrera celebra no solo un hito de longevidad, sino una historia de sacrificio, amor y dedicación. Nacida el 24 de mayo de 1924 en Biblián, su vida ha sido un testimonio de fuerza y compromiso con su familia.
Huérfana a los 14 años de edad, la vida de Luz tomó un giro inesperado cuando asumió el rol de madre para sus nueve hermanos menores. Con valentía y determinación, no solo los crió, les brindó amor y seguridad en momentos de incertidumbre.
Esta experiencia forjó en ella un espíritu resiliente y una profunda conexión familiar.
A sus 29 años contrajo matrimonio con Segundo Víctor Belisario Toledo Calle, quien en la década de los años 70 emigró a Estados Unidos, donde reunió capital y luego retornó para emprender en un negocio de ropa deportiva, uno de los primeros en Cuenca.
Cultivó un hogar con base en el respeto y la paz. “Vivimos en unión familiar. Mis hijos son muy bien educados, tranquilos. Mi esposo era bueno y trabajador, juntos trabajamos y hoy continúo con el negocio”, expresa doña Luz
Ella se mantiene activa, lúcida y aún asiste al negocio que ha heredado a sus hijos. Atribuye su longevidad a la buena alimentación y a la vida en paz que ha llevado.
Hoy celebra su centésimo cumpleaños. Tiene 18 nietos, 14 bisnietos y una tataranieta. Ella siente que, cada uno de ellos lleva consigo las lecciones de amor y perseverancia que ha compartido a lo largo de los años. (PNH)-(I)
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