En este medio de comunicación, el día lunes pasado, se hace conocer que los glaciares están en riesgo por el cambio climático y nuevamente por esta razón vuelvo a escribir sobre este tema. La nota dice que las temperaturas y los bruscos cambios del clima están afectando a los glaciares de América Latina y sobre todo del Ecuador. Siete glaciares y los páramos que captan las aguas están amenazados; el compañero andinista Gonzalo Cruz, el que mejor conoce al Chimborazo, dice que “las lenguas de hielo han retrocedido”.
Los cambios climáticos no son una suposición, son evidentes y los efectos están a la vista, pues las altas temperaturas en todas las ciudades del país nos están afectando y la pérdida de hielo en los glaciares de las montañas ecuatorianas son visibles y su impacto ha sido evidente en los últimos 20 años. El peligro por los deshielos es que nuestros páramos empiezan a secarse y se comienza a sentir el desabastecimiento de agua en algunos lugares. El Ministerio del Ambiente dice que el Antisana, el Cayambe, los Illinizas, el Cotopaxi, el Chimborazo, el Altar y el Carihuairazo están siendo afectados por el cambio climático.
El incremento de la temperatura ambiental que viene siendo continua irá creciendo en los próximos años, por lo que se cree que el aumento en el futuro inmediato será de 1.5 grados, lo que es alarmante porque se elevará tanto la temperatura que nos dejará sin agua en cada una de las ciudades y en cada uno de los hogares. Ante esta clara situación es indispensable impulsar el programa “Socio Páramo” que motiva a cuidar los páramos y las fuentes de agua, frenando el avance de la frontera agrícola impidiendo la tala de bosques y sembrando la mayor cantidad de árboles. (O)