Se conmemoran los 100 años del derecho al voto de las mujeres en Ecuador, hito histórico del feminismo a nivel mundial, y puede parecer que a partir de la valentía de Matilde Hidalgo al solicitar la inscripción en el padrón electoral las cosas se hubieran hecho más fáciles para las mujeres en el mundo político, pero no ha sido así.
Hoy evidenciamos con preocupación que la violencia de género en el ámbito político es la más invisibilizada, se dice que el principio de paridad en el código de la democracia debe ser suficiente para que las mujeres ocupen cargos de decisión, pero dista de la realidad cuando vemos que las mujeres electas a las alcaldías representan el 19% de los 221 cantones, el 30,4% entre las 24 prefecturas y el 37% de Asambleístas.
Dentro del mismo gobierno se ejerce violencia política contra las mujeres, sin estar de acuerdo con los discursos de odio de Abad, la situación de vicepresidenta es un claro ejemplo, así como fue el de la Ministra de Energía, se espera que las mujeres en cargos de decisión estén en total sumisión frente a la autoridad totalitaria, como pasa en el mundo privado. En este contexto, cómo podemos exigir a las mujeres asumir cargos políticos, con qué garantías y seguridad. (O)
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