“Yo siento que las personas no saben quién soy, no saben lo que he hecho, por tanto, no me recuerdan y se han olvidado de lo que yo he dado al país”. Esta frase cerró la entrevista con Fausto Quinde. El marchista sordomudo marcó un hito en la historia de los juegos olímpicos veraniegos.
Demostró que las personas con dicha discapacidad no tienen problemas para incluirse en las competiciones convencionales. Solo necesitan el apoyo de personas que conozcan el lenguaje de señas y sobre todo que tengan mucha paciencia. Él tuvo a su lado al profesor Luis Chocho Sanmartín (+).
Un 22 de agosto de 2008 Fausto se colocó en la línea de largada de los 50 km marcha en los Juegos Olímpicos de Beijing. Entre 59 competidores arribó en el puesto 25 en 3h59m28s.
Fue el mejor sudamericano de la prueba. “Fue duro, pero llegué. Hacía un sol intenso, quemaba el asfalto, quemaban los pies”, recuerda con apoyo de la intérprete Maribel Quezada. En el país asiático pocos conocían de su discapacidad.
Por momentos, le resultó difícil comunicarse, “pero trataba de no darle importancia, ponía paciencia, me encomendaba a Dios y trataba de entender todo lo que me habían enseñado, nada más. Luis Chocho era una persona de mucha paciencia y veía la forma de comunicarse conmigo”.
Retiro de la marcha atlética por tema de salud
En 2013, a la edad de 37 años, se retiró de la actividad competitiva por dolores constantes en la columna. Su última participación fue en el Campeonato Nacional de Machala.
Fue quinto en 35 km marcha con 3h15m59s. En la actualidad convive con dicho malestar en la espalda, incluso tiende a agitarse un poco cuando realiza algo de actividad.
Para evitar el sedentarismo creó la Academia Fausto Quinde. En la parte céntrica de Challuabamba imparte acondicionamiento físico en las noches de 20:00 a 21:30. Por momentos se desanima porque algunas personas no reconocen su trabajo.
Antes ocupaba su tiempo en un programa que impulsaba el Ministerio del Deporte en conjunto con el Ministerio de Educación.
En las mañanas hacía de profesor de Educación Física en la Unidad de Educación Especial Claudio Neira Garzón. En las tardes motivaba a la práctica deportiva a niños y jóvenes con su misma discapacidad para alejarles del alcohol y las drogas.
Hoy sobrevive de la pensión vitalicia que entrega el Estado a los deportistas que dedicaron gran parte de su vida a dejar en alto el nombre del país alrededor del mundo. También aporta sus conocimientos en el Club Fénix Runner de la marchista olímpica Miriam Ramón.
Sueña con llevar a personas sordomudas a los Juegos Olímpicos
Fausto Quinde sueña con guiar a sordomudos hacia el Olimpismo. “Fuera emocionante ver competir a sordos junto a los oyentes”. Sueña también con una inclusión verdadera y práctica.
En el camino encuentra que pasantes o profesionales de Educación Física no tienen paciencia, no enseñan de manera correcta y abandonan a las personas sordomudas. Lamenta que en las universidades no enseñen lenguaje de señas.
“Quiero un futuro mejor, de inclusión verdadera. Quiero un futuro donde se respete nuestra forma de comunicación, donde la práctica sea una realidad, donde las largadas sean mediante sonido de una bala, no de un pito, para sentir la vibración y poder arrancar. En la universidad no les enseñan nada de eso, por eso los sordos no están incluidos”.
Inicios en la marcha emulando a Jefferson Pérez
Quinde escribió su nombre en la marcha atlética porque nunca vio su discapacidad como un obstáculo para conseguir lo que se proponía. Promediaba los 15 años cuando intentaba por su cuenta emular los movimientos que ejecutaba Jefferson Pérez cuando le veía marchar en las calles o en el parque de la Madre.
Esa constancia llamó la atención del maestro Luis Chocho, quien después de conocer la discapacidad del deportista, le puso a entrenar junto a un oyente para que imitara todos sus pasos. Antes conversó con su madre Luz Vizcaíno para integrarle a la Escuela de Marcha.
Doña Luz señala que se separó de su esposo cuando Fausto tenía 8 años. La situación económica de la familia no era la mejor. Si los zapatos se rompían por el uso, los cosía para que su hijo no deje de entrenar.
Vive agradecida con el señor Jorge Larry quien todos los meses le ayudaba con una funda de alimentos con la que podía mantener a sus hijos.
Participaciones internacionales de Fausto Quinde
Fausto Quinde participó en el Challenge Mundial de Tijuana, México (2004); en las Copas Mundo de Torino, Italia (2002), Naumburg, Alemania (2004), Cheboksary, Rusia (2008); y en los Juegos Olímpicos de Beijing, China (2008).
A menos de un mes y medio para que inicien los Juegos Olímpicos en París, a Fausto le embargan muchos sentimientos. “Me llena de felicidad ver esas competencias, se me enchina la piel”, asegura con un gran brillo en los ojos.
Aunque perdió contacto con la mayoría de compañeros con los que compartió pistas, “todo lo que viví en mi carrera deportiva me dejó hermosos recuerdos y emociones bonitas”.
Top ten de Fausto Quinde en certámenes internacionales
20 km marcha
- 7 Copa Panamericana de Chula Vista, Estados Unidos (2003).
- 7 Campeonato Sudamericano de Los Ángeles, Chile (2004).
- 6 Copa Panamericana de Lima, Perú (2005)
50 km marcha
- 2 Juegos Bolivarianos de Armenia, Colombia (2005).
- 2 Campeonato Sudamericano de Cochabamba, Bolivia (2006).
- 3 Copa Panamericana de Santa Caterina, Brasil (2007).
- 5 Campeonato Sudamericano de Salinas, Ecuador (2012).