Quienes se forman en esta institución municipal, obtienen el título de Maestro Artesano en las ramas de ebanistería, gastronomía, belleza construcciones civiles.
“Estar aquí es una gran oportunidad para quienes no pueden acceder a la universidad… la función de la escuela taller es primordial en la sociedad”, opina Fabio Torres, de 42 años, estudiante de ebanistería.
Torres es uno de los 85 alumnos que este año se graduarán como maestros artesanos en: ebanistería, gastronomía con título de Jefe de Cocina Chef, belleza y construcciones civiles. Como parte del proyecto “Cuenca Ciudad de Conocimiento y Formación Artesanal Escuela Taller”.
La institución que abrió en la década de 1990, desde el 2016 está bajo dependencia del Municipio de Cuenca. Se trata de en un centro de formación dirigido a grupos de atención prioritaria, es decir, personas en movilidad humana, con discapacidad, mujeres violentadas y personas de escasos recursos, que hayan terminado los niveles de educación primaria o secundaria, indica Noe Bravo, coordinador del proyecto.
Bravo aclara que la formación no tiene costo, pero los alumnos solo deben comprar los materiales para las clases. Además, luego que se inscriben, el departamento de Trabajo Social hace un estudio caso por caso “porque la capacitación es para quienes no tienen recursos”, recalca el coordinador.
El centro de formación ofrece tres modalidades de talleres: corta, mediana y larga duración.
Los de corta y mediana duración se ofrecen en el sector rural de acuerdo a las necesidades de cada sector. Los participantes reciben una certificación avalada por la Dirección de Desarrollo Social y Productiva de la municipalidad, mientras que quienes cursan las carreras de larga duración obtienen el título de maestro artesano, que tiene el aval por la Junta Nacional de Defensa del Artesano (JNDA) y es refrendado por el Ministerio del Trabajo.
Oportunidades
Fabio Torres estudiante de ebanistería, cuenta que antes de ingresar a la carrera, había seguido un curso de seis meses en la escuela taller y luego decidió profesionalizarse. “Opté por estudiar ya que me gusta crear y fabricar con mis propias manos”, señala.
Torres tiene la idea de abrir un taller galería para exponer sus productos y los de otros ebanistas.
Para Paula Bermeo, de 22 años, estudiante de belleza, la oportunidad que brinda la escuela taller es algo que se debe aprovechar. La joven quiere especializarse en la rama de la belleza y posteriormente, al igual que Fabio, abrir su propio local.
“A más de la práctica, aquí también aprendemos a cómo planificar nuestro negocio y a identificar las oportunidades…”, cuenta Bermeo.
Fomentar el emprendimiento
Es que los estudiantes para graduarse deben presentar un proyecto de investigación que sirva para que se acerquen a una entidad financiera y pidan un préstamo semilla y así inviertan en su emprendimiento, afirma Noe Bravo, coordinador.
“Por eso nuestro lema es la escuela taller aprende y emprende”, añade.
Adicionalmente, desde Trabajo Social se hace un seguimiento a los graduados que durante sus estudios cumplen con prácticas profesionales en instituciones públicas y privadas y algunos consiguen empleo.
A quienes consolidan sus emprendimientos, se les apoya con la promoción del mismo a través del área de comunicación.
Bravo informa que las inscripciones para el próximo año lectivo iniciaron el pasado 2 de mayo y terminarán este viernes 5 de julio. Los interesados pueden acercarse a la institución que está en las calles Las Primicias y El Cosmopolita, en el parque El Edén de la ciudadela Tomebamba, al sureste de la ciudad. Todavía hay cupos en algunas carreras.