Con solo tres notas de guitarra y el toque inconfundible de la armónica, el público en Gran Canaria enloqueció este sábado para recibir a Maná, que entró como un disparo de rock directo al corazón para reencontrarse con la isla tras años de espera.
Pidió «una señal de amor» con su canción de entrada y el público le respondió con una pasión correspondida por un grupo que nunca falla en la isla, en lleno absoluto en el estadio de Gran Canaria con un Granca Live Fest haciendo historia.
En apenas unos minutos ya se había instalado la buena vibra de los mexicanos, que entonaron un «te adoro más que nunca», casi leyendo los pensamientos de un público entregado a una banda por la que no pasa el tiempo, y que ofreció un banquete de pop-rock latino.
«Qué emoción estar aquí», gritó Fher Olvera, voz de este grupo con cuatro premios Grammy, ocho Grammy Latinos, cinco MTV Video Music Awards Latinoamérica, cinco Premios Juventud, 24 Premios Billboard de la Música Latina, un Premio Billboard Icono y 16 Premios Lo Nuestro, antes de levantar el concierto con ‘Corazón espinado’, que más de 30.000 voces cantaron con los de Jalisco.
«¿Me van a cantar a pleno pulmón?», preguntó Olvera y el público de Gran Canaria gritó con toda su energía como respuesta, para dejarse enamorar por ‘Labios compartidos’, que dejó el concierto en todo lo alto y con una marea de brazos en alto a sus pies.
Con la solidez de la veteranía, una carrera musical llena de matices, esta banda con más de 50 millones de discos vendidos en todo el mundo tuvo palabras para la sostenibilidad con ‘¿Dónde jugarán los niños?’, moviéndose en un registro tan amplio como su trayectoria, que supera los 40 años dedicados a la música.