¿Un mundo sin automóviles?

No habría hoteles, restaurantes, autobuses, taxis, camionetas…Como se llegaría al trabajo, o a la escuela; como llegarían los productos agrícolas al mercado; pues se conoce 1 de cada 6 negocios depende de la fabricación, distribución, reparación o utilización de vehículos de motor. El profesor Stuart Penkett, de la Universidad de East Anglia, advirtió: «Los vehículos motorizados están cambiando la composición química de toda la atmosfera que nos rodea”. Las altas concentración de monóxido de carbono “priva al cuerpo de oxígeno, altera la percepción y el pensamiento, ralentiza los reflejos y provoca somnolencia”. No sé si alguna vez se ha quedado atrapado en un embotellamiento, conoce la desesperación que se siente al estar detenido en un lugar ideado para circular.

La revista Time advirtió: “la posibilidad de que el incremento del dióxido de carbono y otros gases que contribuyen al efecto invernadero, calientan gradualmente el globo terráqueo”. Las consecuencias son: sequias, deshielos, subidas del nivel del mar, inundaciones costeras, tormentas más fuertes y otras catástrofes climáticas.

Los vehículos de motor no son los únicos que contaminan, Las casas, las industrias y las centrales eléctricas comparten la culpa. Sin embargo, la principal fuente de contaminación mundial es el empleo del automóvil. Si el mundo tuviese en cuenta los costos y sobre todo los graves daños y perjuicios que se producen en el clima por las emanaciones de dióxido de carbono, probablemente no se construiría un solo coche. Sin embargo, nadie admite esta eventualidad, ni los fabricantes, ni las instituciones gubernativas, cómo tampoco el público, si queremos ser sinceros…Una cosa es predicar y otra muy distinta hacerlo. ¿Cuál es la solución?  (O)