Desde hace tiempo se ha acuñado en el Ecuador, la frase “política farandulera”, que describe bastante bien lo que sucede, pues a lo que nos enfrentamos sobre todo en períodos electorales, es a shows.
La existencia de 17 precandidaturas a la presidencia y vicepresidencia, da cuenta de que la actividad política no se toma en serio, es más, de que no existe actividad política sino puramente electoral, lo que importa es ser candidato/a; ni cómo, ni con quien.
Hay candidatos que declaran sin ruborizarse que buscaban partido o movimiento que les permitiera serlo, candidatas que se ponen a la zaga para aparecer en la papeleta, otras que aceptan a traidores como su binomio, al menos 5 cercanos al correísmo que quizá hacen tongo y los otros que saben que no tienen ninguna posibilidad también.
Para que esto cambie habría que cambiar las reglas del juego, tarea que parece no interesar a los beneficiarios del actual sistema.
Nos compete elegir a los mejores, que en este punto ¡quienes también serán! (O)