Una de las características singulares de la gestión del Presidente Daniel Noboa constituye sus permanentes viajes al exterior, particularmente a los Estados Unidos (país donde nació he hizo una buena parte de su vida). En 10 meses de gestión ya se ha ausentado del país 15 veces, lo que equivaldría más o menos a un viaje cada tres semanas; superando al ex Presidente Lasso, que en promedio solía viajar una vez cada mes.
El problema no está en que el Presidente viaje tantas veces, sino en que hasta ahora nada se sabe o casi nada se ha informado de los logros o beneficios que cada uno de esos viajes ha traído para la gente del país; amén de que hay que recordar que durante la campaña electoral, y más específicamente en el debate para la segunda vuelta. el hoy Presidente Noboa criticaba duramente los viajes de ex Presidentes, afirmando que el uso del avión presidencial, por cada hora de viaje, equivalía al costo de una carrera universitaria.
Por otro lado, llama la atención que algunos de esos viajes del Presidente coincidan con ciertas situaciones sociales y políticas problemáticas del país, como por ejemplo el alza del IVA, la eliminación del subsidio a los combustibles y los apagones. En el marco de esta última situación precisamente el Presidente se fue a los Estados Unidos, oficialmente para intervenir en la Asamblea anual de la ONU, y se vio forzado a regresar por el tema de los incendios en Quito.
Sin embargo, las reiteradas ausencias de Ecuador por parte del Presidente también se combinan con ausencias en algunas partes del país, donde ciertas situaciones problemáticas requerirían de su visita en territorio, como las pasadas lluvias e inundaciones y las actuales sequías que están complicando la vida de los agricultores; además de la ausencia de pronunciamientos empáticos y directos frente a ciertos crímenes y masacres, a la tragedia de los emigrantes, la falta de medicinas en los hospitales, etc.
No obstante, si vemos un Presidente presente en publicitados actos de entrega de bonos, becas, microcréditos, vehículos policiales, y otros de carácter clientelar (y ¿electoral?); o, en entradas espectaculares, con ropaje militar y tanques, a Manta Y Durán, ofreciendo una vez más acabar con la inseguridad. (O)