Bismarck Ávila, el preparador físico de los ascensos a la Serie A
Bismarck Ávila se define como un profesional apasionado e innovador. Estas características le han permitido que se gane un nombre en el fútbol ecuatoriano en la rama de la preparación física. Su forma de trabajo ha sido su sello para que diferentes directores técnicos cuenten con sus servicios.
Hace pocos días cerró la temporada en la Serie B con el Manta FC. Con este elenco alcanzó su sexto ascenso a la Serie A como encargado de la parte física.
Ávila salió de su natal Gualaquiza, con la meta clara de destacar en el Rey de los Deportes. Su hermano mayor, Juan Carlos Ávila, fue jugador del Deportivo Cuenca y fue su mayor inspiración.
Es así que, al culminar sus estudios secundarios, llegó a la capital azuaya.
Primero fue futbolista y vistió las camisetas de Tecni Club, Estudiantes y Liga Deportiva Universitaria de Cuenca, que jugó años atrás en Primera Categoría.
Su posición en el campo de juego fue de lateral derecho. Lo llamaban el ‘tres pulmones’ y el incansable.
Tras dejar parcialmente las canchas, culminó sus estudios universitarios y se graduó como Licenciado en Cultura Física, en la Universidad de Cuenca. Con ello su vida da un giro y comienza el camino como preparador físico.
A lo largo de su carrera profesional ha tenido la oportunidad de ser parte de seis ascensos con distintos equipos a la Serie A.
En el 2012 consigue su primero con Universidad Católica, siendo segundo preparador físico y aprendiendo de la mano, con Diego Cuvi, a quien lo considera como su mentor. En ese año, el estratega era Patricio Lara.
Luego, 2016 llega a la máxima categoría con Macará, ya como preparador principal. Después, en el 2020 sube con el Manta FC; en el 2022 logra el objetivo con Libertad FC. Un después repite el objetivo con el Macará, y en este 2024 logra el cupo nuevamente con el Manta FC.
El ‘profe’ Bis celebró esta nueva meta junto a su esposa Nataly Vanegas y sus hijos Benjamín y Agustín. Como parte del festejo, no faltó su vaso de leche chocolatada con una funda de Supán.
¿Se considera un amuleto para los equipos que presta sus servicios?
Hace una pausa y sonríe. Nada es casualidad, siempre pongo mi empeño en los que equipos que solicitan mis servicios. Estamos innovando a cada instante y mantenemos una metodología que busca no chocar con el trabajo del director técnico. En esta ocasión se hizo una buena relación con Efrén ‘Cachorro’ Mera, quien llegó con una filosofía diferente y eso mezclado con jugadores de buen pie se logró el ascenso. Es verdad, son seis ascensos en mi carrera profesional, y eso me pone la vara muy alta.
¿Cómo inicio su temporada (2024) de trabajo?
Comencé el 2024 como preparador físico de Estrella Roja, que juega el Torneo Provincial de Segunda Categoría. Luego recibí la propuesta para laborar en el Manta FC. Me uní al primer plantel de este elenco el 1 de mayo del 2024, de ahí en adelante dimos lo mejor. Siempre compartimos equipo con mi hermano Juan Carlos, pero las cosas del fútbol, cada quien tomó su rumbo. Espero que en un futuro coincidamos nuevamente con un equipo junto a Paúl Vélez y Daniel Segarra.
¿Recibió propuestas para una renovación con el Manta FC?
La temporada la cerramos oficialmente el miércoles 30 de octubre. Presenté mis informes a la directiva y hasta ese día fuimos parte del equipo. Estoy como profesional libre, aún no se ha conversado nada. Existe propuesta de dos equipos de la Serie A, que llamaron a Efrén Mera, se analiza la continuidad y se escuchan nuevas propuestas. Como siempre, ‘Chachorro’ es un caballero.
¿Se considera hincha de algún equipo?
Yo me vuelvo hincha de los equipos que cuentan con mis servicios. Lo doy todo y me pongo la camiseta, dando mi mejor trabajo. No soy hincha de ningún equipo, siempre doy prioridad al equipo que me da la opción de trabajar. Sí admiro a profesionales como Paco Seirul-lo, un histórico preparador físico del Barcelona de España.
¿Qué hará Bismarck Ávila tras una temporada intensa de trabajo?
Fueron meses intensos de trabajo y viajes. Se logró el objetivo con el grupo de trabajo. Ya se celebró eso con los compañeros y familia. Ahora, estoy en Cuenca descansando un poco. Me quitaré el traje de preparador físico y me pondré el de padre de familia. Acompañaré a mis hijos a sus entrenamientos de fútbol. Aprovecharé el tiempo para leer y seguir preparándome. De seguro tendré una visita a Gualaquiza, de donde venimos con orgullo