La reunión del BRICS
Gerardo Maldonado Zeas
Hace unos días se realizó la reunión anual del BRICS, siglas que agrupan a los países fundadores de este grupo como son Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica al cual ingresaron Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía e Irán, todos regímenes autocráticos odiadores del occidentalismo.
Por muchos años estos países se creían muy fuertes, capaces según ellos de hacerle competencia al G8 y con eso luchar por dejar la dependencia del dólar americano, “el sistema de pagos Swift y otras estructuras financieras sostenidas por los países occidentales para convertirse en entidades independientes financieramente hablando”. En esta reunión Lula da Silva le asestó un duro golpe a Maduro llamándole un incumplidor de promesas, sobre todo porque aquel ofrecimiento de mostrar las actas de las últimas elecciones jamás se cumplió. Putín, el socio irreversible de Maduro, fue quien rescató al dictador venezolano medio haciéndole quedar bien ante un mundo que reclama democracia en el país llanero.
El objetivo del BRICS, ahora es diferente. China quiere que le den el visto bueno para llegar a tomarse Taiwán y Rusia quiere aparecer como víctima en la guerra con Ucrania. Para eso se arropan en el 17% del PIB mundial que poseen, y más o menos el mismo porcentaje en población.
La entrada a este grupo de Irán preocupa al mundo. Ellos siendo una teocracia violenta y peligrosa, logrará inquietar a los países fuertes con economías desarrolladas, que son el eje del mundo. China y Rusia estados totalitarios se han comportado siempre como imperios que manejan como un vasallaje a quienes les han lamido las botas, y seguirán esa ruta por el peso en las decisiones del grupo.
En esta lista de aspirantes a ingresar al BRICS, también están curiosamente Palestina y Srpska, estados duendes, y un grupo de países menores que salieron de la órbita soviética como Bielorrusia, Kazajistán, Azerbaiyán y Armenia; y las dictaduras tradicionales como dicen los analistas del viejo estilo africano como Congo y Eritrea.
Dos posibilidades en perspectiva serían desastrosas para la paz mundial, y los estados de derecho. Una la probable ganancia de Trump, quien ha dicho varias veces que no le preocupa el BRICS, por ser amigo personal de Putín; y la amenaza en Ecuador de desdolarizar la economía como anda pregonando el “lelo” Arauz y el candidato a la vicepresidencia de la RC Diego Borja. Si algo ha soportado tantos problemas en el trajín de los ecuatorianos, es tener una moneda fuerte, a la cual debemos cuidar con esmero y decisión. Correa a través del programa de entrevistas en Rusia Today, cuando compareció Delcy Rodríguez la vicepresidente de la dictadura venezolana, estuvo de acuerdo con la teoría de terminar con la “esclavitud del dólar”. Así se vienen decisiones difíciles a los electores, de quienes esperamos logren sopesar el problema de mantener el eje de la economía con el dólar y no volver a la maquinita de imprimir billetes creando devaluaciones inimaginables. Mucho cuidado. (O)