En nuestro país, con ocho y más horas sin luz se demuestra la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo. Sus causas principales son el monopolio estatal y la corrupción. Recordemos Toachi Pilatón, Coca Codo Sinclair construidos con graves anomalías. En el ángulo constitucional el desajuste del presidente con la segunda mandataria, demuestra la carencia de gobernabilidad a la que se ha llegado y, en pleno proceso electoral, entonces cabe preguntar: ¿que se pretende? Recuérdese que en el Estado de Derecho nada es discrecional, porque todos debemos actuar dentro de la Ley.
En otro nivel de análisis, pensemos que aquí como en el mundo, ocho mil millones de seres humanos dependemos de los desaciertos que se ejecutan por las potencias mundiales, tal condición llama a proceder con total responsabilidad, según los mandatos de la seguridad jurídica, por eso cuando observamos a un país de enorme importancia, gobernado por un autócrata, Putin, y que al frente del mismo, en tradicional ejercicio de su libertad el pueblo eligió un nuevo gobernante, Trump, debemos exigir que sus acciones sean decididas con la necesaria ponderación.
El primer deber es preservar la vida humana y por consiguiente la paz, sin embargo, Corea del Norte apunta sus ojivas nucleares a la nación que considera su enemiga y con Rusia ponen a occidente en la necesidad de defender sus valores institucionales. Las guerras de Crimea defendiéndose de la invasión rusa e Israel respondiendo a Hamas, un organismo terrorista, cuando toda guerra es un crimen de lesa humanidad.
América y, Ecuador en especial, deben construir su destino en la consolidación de la sociedad universal, en función de la dignidad humana haciendo conciencia que la dictadura es una afrenta a la cultura de la libertad.
¿Será posible vivir en Paz?
Al efecto recordemos a los cavernícolas matando a sus rivales. El retorno a la barbarie. (O)