La polarización política sin duda es un gran desafío para el fortalecimiento de la democracia y las elecciones transparentes e informadas. El uso de las redes sociales en plena era digital contribuye a la polarización en un escenario que debería ser debatido con mayor información y elementos que permiten razonar y votar con conciencia.
Este fenómeno es preocupante porque los ciudadanos tienden a agruparse al alrededor de dos tendencias opuestas y extremas. La tolerancia, el respeto y el diálogo son principios que se ponen en riesgo, frente a una situación de tal magnitud; es así que, las opiniones políticas publicadas tienden a direccionar el voto popular.
Una de las consecuencias más evidente, es la fragmentación del electorado , lo que ocasiona que las dos tendencias políticas más opcionadas, intenten satisfacer al electorado a través de posturas radicales. Es decir el discurso de consenso, diálogo y cooperación no serían una opción en la próxima campaña electoral.
El reto está en que las dos opciones con mayor probabilidad de ganar trabajen por evitar la disminución de la participación informada de la ciudadanía y que esto no menoscabe la confianza en las instituciones democráticas. Frente a la situación expuesta la obligatoria de realizar un debate presidencial es una opción ciudadana de trascendental importancia. (O)
X: @monicabanegasc