Al 2023 en el Ecuador hay 48.782 personas con VIH, de las cuales 95% conoce su estatus serológico, 88% reciben tratamiento antirretroviral, y 72% tiene una carga viral suprimida, es decir no hay transmisión de la infección. El dato más preocupante es que en el 2023 hubieron más de 5 mil nuevos casos de VIH en el país, lo cual es un 23% más de los que se registraron en el 2021.
El Ecuador estableció como objetivo estratégico poner fin a la epidemia de SIDA como amenaza para la salud pública en el año 2030, en consonancia con la meta global de “cero nuevas infecciones, por el VIH, cero discriminaciones y cero muertes relacionadas con el sida”, sin embargo, las cifras siguen haciendo ruido, la inversión se centra en atención, no hemos visto una campaña de prevención de VIH desde hace años.
En este contexto, se levanta en el país un fantasma invisible, que con poder habla al oído del Gobierno con un peligroso y atractivo argumento: jamás permitirán que se adoctrine a sus hijos en género y se los incite a la promiscuidad, se debe prohibir la educación sexual integral. Mientras tanto las cifras de VIH seguirán creciendo, los mitos y la discriminación frente a un problema de salud que tiene solución se siguen regando, y la población sigue en la ignorancia. Tengan miedo a los falsos profetas. (O)
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