Aunque el experimento del doctor Rómulo Guerrero tiene más de 30 años de que fue creado y 25 de que fue patentado en Estados Unidos, sigue generando revuelo en el mundo de la cirugía craneoencefálica, no solo por lo extraordinario que es, sino por cómo minimizó el riesgo, disminuyó el índice de fallecimientos y dejó de ser una cirugía de alto riesgo.
De pie y por algunos minutos, el médico fue ovacionado hace dos semanas, cuando participó del Congreso Nacional de Cirugía Plástica de Corea del Sur, en el que, sin conocer inicialmente que el inventor se encontraba en el evento, se destacó la existencia del distractor craneofacial, creado por Guerrero en 1992.
El método creado por el médico nacido en Cuenca es ahora el que, en todo el mundo se recomienda para tratar a los niños con cráneosinostosis, defecto congénito que se produce cuando las suturas del cráneo se cierran antes de lo normal y se quedan soldadas, de esta forma se bloquea el crecimiento del cerebro, causando una serie de patologías, como convulsiones, el paciente puede fallecer.
Idea
El doctor Guerrero destaca que la idea le surgió mientras operaba a niños de escasos recursos económicos de México, “se me ocurrió mientras estaba ayudando a otros”, recalcó.
Hasta antes de que el médico ecuatoriano inventara el distractor craneofacial, la cráneosinostosis se trataba con una cirugía compleja, que podía durar hasta 15 horas, que consistía en sacar todos los huesos de la cabeza, cortarlos y volverlos a colocar, el riesgo de fallecer y tener complicaciones, como la meningitis, era alto.
“Me quedó en la impresión que debía haber algo más simple; me di cuenta que el hueso está influenciado por los músculos y por el cerebro, que producen una fuerza que, con una distracción, pueden remodelar el hueso”, explicó el médico.
El mecanismo consiste en la colocación del aparato inventado por el ecuatoriano, a través de un corte en el hueso cráneo, en el sitio donde está ubicada la deformidad, posee un tornillo que se activa un milímetro por día.
“Se corrige por la actividad del cerebro, que genera una fuerza negativa, al mismo tiempo, los músculos, cuando cambian de vector, cambia la dirección, el músculo se transforma en un productor de nuevo hueso”, señaló el experto.
Con el cambio, la cirugía pasó de las 10 a 15 horas de duración, a solo tres horas; además, el paciente, como ya no se manipula el cerebro, no se producía y no requería de hospitalización en UC.
Importancia
El nivel de importancia que tiene su invento, el médico cuencano lo entendió solo cuando otros doctores se lo hicieron ver. Muchos que lo descubrieron mientras lo miraban operar.
“Hasta ahora, en los 64 países en los que he estado para explicar el funcionamiento del aparato y la técnica para colocarlo, existe asombro de cómo funciona y de cómo logra, en poco tiempo y bajo riesgo, que se supere esta patología que antes solo era tratable sacando todos lo huesos, cortándolos y armándolos otra vez”, afirmó Guerrero. (I)
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