La Policía Nacional detalló la modalidad que utilizaba una agrupación delictiva para ingresar teléfonos celulares, chips y otros objetos a la cárcel de Turi, en la ciudad de Cuenca.
Este grupo implicado en el ingreso de objetos prohibidos al centro penitenciario estaba integrado por tres mujeres y un hombre, cada quien cumplía diferentes funciones.
Pablo Ignacio Guachamín Aguilar, comandante de la Subzona de la Policía Nacional en Azuay, informó que mediante una investigación se conoció que, un recluso conocido como “Jonathan” sería quien recogía los pedidos y por lo tanto negociaba los costos de los objetos que eran requeridos por otros reclusos.
Entre los objetos que más ingresaban estaban los teléfonos celulares, chips, dinero en efectivo y otros artículos.
Grupo integrado por mujeres
Entre el grupo investigado está una mujer que presuntamente serían la encargada del economato (tienda en la cárcel), una guía penitenciaria y otra mujer que se encargaba de los cobros y realizar las respectivas transferencias de dinero producto del ingreso de los artículos. La Policía Nacional presume que la encargada del economato y la guía penitenciaria eran las encargadas de burlar las seguridades del centro penitenciario e ingresar los objetos prohibidos.
La Policía Nacional señala que continúa la investigación para desarticular a la organización que se dedicaba al delito de ingreso de objetos prohibidos para personas privadas de la libertad.
Los seguimientos permitieron realizar escuchas telefónicas de las personas implicadas. El operativo de detención de las personas involucradas se cumplió en Cuenca, Quito y Guayaquil.
Nuevas formas de control en cárcel
El jefe policial señala que cada día hay que generar nuevas formas de controlar los objetos prohibidos porque esta vez se determinó que mujeres burlaron los filtros de seguridad del centro carcelario.
Considera que los controles a mujeres deben ser más exhaustivos, especialmente de partes íntimas donde estarían ocultando los objetos.
Señala que el reciente operativo permitió el decomiso de ciertas evidencias como teléfonos celulares y una computadora.
El coronel Pablo Guachamín señala que hace algunos meses “se tomó el control de la cárcel” con requisas, pero era sorpresa que luego seguían ingresando los objetos prohibidos.
Explica que un celular que tiene un costo promedio de 200 dólares podría llegar a valer hasta cinco veces más al interior del centro penitenciario.
Sanción por ingreso de objetos prohibidos
El artículo 275 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) señala que, la persona que ingrese, por sí misma o a través de terceros, a los centros de privación de libertad, bebidas alcohólicas, sustancias catalogadas y sujetas a fiscalización, armas, teléfonos celulares o equipos de comunicación; bienes u objetos prohibidos adheridos al cuerpo o a sus prendas de vestir, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.
La misma pena se aplica en el caso de que los objetos a los que se refiere el inciso anterior, se encuentren en el interior de los centros de rehabilitación social o en posesión de la persona privada de libertad. -(I)