Marco Antonio Piedra Aguilera
X: @mpiedra0768
Con el solsticio marcando el cambio de estaciones, se abre un umbral simbólico que invita a reflexionar sobre los ciclos de la vida y nuestros propios caminos.
En este punto de inflexión, cuando el día más largo o la noche más extensa nos envuelve, pareciera que el universo nos sugiere una pausa para contemplar lo que dejamos atrás y lo que queremos construir.
En muchas culturas, el solsticio es un momento de celebración, renovación y esperanza. Desde las antiguas ceremonias en Stonehenge hasta los rituales modernos en comunidades diversas, esta fecha simboliza el renacimiento.
Pero, ¿qué significa para nosotros hoy, en un mundo lleno de incertidumbre, pero también de posibilidades infinitas?
El solsticio puede inspirarnos a trazar planes futuros con la misma precisión con la que los antiguos observadores seguían los movimientos del sol.
Es un llamado a plantar semillas para el próximo ciclo, sean estas un nuevo proyecto, un cambio personal o una simple resolución de vivir con más intención. ¿Cómo queremos que se vea nuestro futuro cuando el sol alcance nuevamente este punto en el cielo?
Tal vez sea un buen momento para rescatar lo esencial: construir relaciones más profundas, replantear nuestras prioridades o abrazar la creatividad que hemos postergado.
El solsticio no es solo un evento astronómico, sino también un recordatorio de que, al igual que la tierra, también nosotros giramos y evolucionamos.
En este cambio de temporada, hagamos de nuestra vida un reflejo de esta transición natural. Planifiquemos con audacia, vivamos con propósito y recordemos que cada ciclo es una nueva oportunidad para comenzar. (O)