¿Hito diplomático?

El próximo lunes, Daniel Noboa asistirá a las actividades oficiales organizadas alrededor de la ceremonia de posesión de Donald Trump, quien regresa a la Casa Blanca. Desde la Presidencia de la República, este hecho ha sido promovido como un logro significativo para el país, presentado bajo un tono de celebración por una suerte de “victoria política y diplomática”. Sin embargo, esta narrativa parece nublar las prioridades urgentes del Ecuador, incluida la participación del presidente Noboa, en su rol de candidato, en el debate presidencial organizado por el Consejo Nacional Electoral.

Las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos siempre han sido materia de interés político, mediático y económico. La cercanía diplomática con el gigante del norte, en particular con sus cúpulas de poder, ha sido resaltada por diversos gobiernos. No obstante, la celebración desmedida por “recibir la invitación” plantea dudas sobre su relevancia real, pues estos vínculos no se construyen en eventos simbólicos, sino en acuerdos concretos que beneficien al país.

Por otro lado, minimizar la importancia de los debates presidenciales, incluso implícitamente, en favor de una agenda internacional cuestionable, no solo desdibuja prioridades, sino que también debilita el debate interno. Este tipo de gestos superficiales refleja una obsesión con el simbolismo de la política exterior, sin abordar cómo estos viajes se traducen en beneficios tangibles para los ecuatorianos.

La invitación al evento de Donald Trump no debería considerarse un hito diplomático, sino lo que es: una actividad simbólica que no puede distraer del mandato principal de cualquier gobernante en ejercicio o en campaña. Atender las prioridades nacionales con seriedad y compromiso debe prevalecer sobre el brillo de los reflectores internacionales.

REM

REDACCION EL MERCURIO

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