Si el acalde de Quito y los concejales correístas rechazaron declarar huésped ilustre a Edmundo González, presidente electo de Venezuela; si está demostrado que la RC5 es el brazo político de la narcodictadura venezolana; si Correa defiende a Maduro quién tiene una recompensa de USD 25 millones por parte de EE.UU.; si en las elecciones presidenciales la RC5 siempre gana en las cárceles y tuvo un asambleísta pandillero ahora prófugo de la justicia; si el líder de las FARC afirmó que Correa les permitió establecerse en Ecuador a cambio de dinero para su campaña; si el prófugo aparece en fotos con narcos; si EE.UU. les prohibió la entrada al país a Correa y Glas por estar involucrados en casos de corrupción, ¿por qué es tan difícil darse cuenta de que la RC5 es una banda de mafiosos y delincuentes?
Por otro lado, la mayoría de candidatos ofrecen hacer lo que Noboa ha hecho, o está en camino, en apenas un año: ha decomisado, hasta la fecha, más de 294 toneladas de droga perjudicando la economía de los narcos en 547 USD millones; puso en marcha la Toachi-Pilatón después de seis años de estar paralizada; eliminó la tabla de consumo de drogas; dio mantenimiento a las hidroeléctricas luego de años de sedimentación en los embalses; tomó el control de las cárceles manejadas por las mafias; redujo la deuda del Ministerio de Economía con los GADS; evitó la salida del país de Glas, el exvicepresidente más corrupto del país; deportó a la infiltrada comunista de Alondra y, de paso, Boscán también se fue; implementó los escáners en los puertos complicando a los narcotraficantes el envío de droga; renegoció la deuda externa bajando el riesgo país a 900 puntos y, por tanto, se abrieron créditos internacionales; planteó reinstalar la base norteamericana en Manta; calificó de terroristas a las bandas delincuenciales y con el apoyo de las FF.AA. y la Policía Nacional están tras las rejas varios de sus capos; puso en funcionamiento nuevamente al instituto “Izquieta Pérez”; pagó a los jubilados del IESS las deudas que por muchos años estuvieron impagas; canceló la deuda que el Estado mantenía con Solca; declaró al “Tren de Aragua” como grupo terrorista y firmó un acuerdo con Google para invertir 300 USD millones en transformación tecnológica en el país.
Suscribo las palabras de Ramiro Rivera: “Por el bien del país, ¿por qué no pensamos en ahorrarnos la segunda vuelta electoral? La clave: no desperdiciar el voto. No tiene sentido votar por quienes no tienen la oportunidad ahora. Quizá sí en el futuro. Y de una vez y por todas, enterramos al amargado”.
A pensar bien antes de votar… (O)