En el ámbito educativo, el equilibrio entre los valores culturales, los derechos fundamentales y las políticas públicas representa un desafío constante. En Ecuador, las declaraciones recientes de la Ministra de Educación respecto a la prohibición de lo que se denomina «ideología de género» en los centros educativos han generado un profundo malestar entre quienes trabajamos y conocemos del tema desde hace décadas.
Esta narrativa de la «ideología de género» es el discurso de un grupo conservador que se auto reconoce como anti derechos, y que cuenta con las vocerías de sujetos como Milei, Trump, Laje, y varios líderes religiosos, que plantean narrativas absurdas como que se va a obligar a los niños a vestir de niñas y viceversa, o que se les va hacer intervenciones para el cambio de sexo. La ideología de género no existe, el género es un concepto, una categoría de análisis y un enfoque.
Una Ministra no debe, ni puede, lanzar discursos que promuevan la discriminación o el odio, menos aún que enfrenten, cuestionen o atentan contra una sentencia emitida por la Corte Constitución, en la cual se insta al Estado a cumplir su rol de garantes en materia de educación sexual integral, pero qué podemos esperar de un gobierno que se caracteriza por ignorar cualquier ley. (O)
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