El gran Aristóteles consideraba que la política era una forma de mantener el orden social con normas y reglas. El gobernante debe ser el obediente del mandante del pueblo que lo eligió, buscando satisfacer sus básicas necesidades. En consecuencia, la política es servicio y, buscarla como una actividad económica es equívoco pues, para ello, sí tan hábil es el practicante de esta ciencia, que la busque a nivel privado y se olvide de tareas que conducen al abismo de los pueblos, sobre todo de los que están en vías de desarrollo.
Con verdadero asombro hemos sido testigos de 16 candidatos presidenciables cuyo epílogo fue de vergüenza; parece que ni sus familiares sufragaron a su favor. Se enterraron por sí mismos pero ya tienen en sus hojas de vida; la nominación de “ex candidato presidencial”. Alto costo de una mal llamada Democracia que permite un malgasto de dinero, que es lo que menos posee el Estado, sin embargo, nos damos estos lujos, en tanto el país entero clama por atención a sus requerimientos en salud, vialidad, seguridad, educación y más necesidades públicas hoy desatendidas, a más, de que muchas de ellas son un mal frecuente, una corrupción establecida como normal, con sobreprecios y engaños múltiples.
El respeto por el electorado es mísero, priman intereses de grupos dirigidos por caciques que más que formales praxis, hablan de populismo como un eterno mal de primitivismo y ausencia de honestidad, frente a un pueblo saturado de necesidades y carencia de esperanzas por un mejor mañana.
Un pueblo especialmente costeño, lacerado por sicariato y violencia extrema, sangre derramada hasta en el caso de inocentes niños que pagan los platos rotos de execrables actos. Un país que retrocede ante ajenos intereses de oligopolios de turbulencia, en tanto, no existe transparencia aún de aquellos candidatos que no pueden reconocer la imagen internacional de “dictadores” en países hermanos, mientras su diáspora se diluye en caminos de prostitución, hambre, narcotráfico, xenofobia y dolor por el quebranto familiar.
¿Qué nos depara el futuro?, exijamos planes de gobierno y su estricto cumplimiento, el pueblo es la gran razón de todo gobernante. (O)