Domingo trece

David G. Samaniego Torres

Los hechos construyen historias. Los momentos nutren episodios. Por sobre nuestros días percibimos que la vida está y luego … se esfuma. Hay momentos, de ciertos días, que pasan a la historia como inicios de épocas nuevas, como cambio de rumbo de pueblos, como voz de alerta para despertar a reductos normalmente sumidos en la trivialidad del día a día. El domingo trece de abril, de este año, es ya un día inolvidable del 2025, en Ecuador; siendo Día del Maestro y Domingo de Ramos, Ecuador eligió a su nuevo presidente, en una jornada cívica sin precedentes, rodeada de comportamientos específicos.

Comprender las circunstancias históricas que rodearon esta elección no resulta fácil. Las candidaturas de Luisa González y de Daniel Noboa estuvieron impregnadas de metas antagónicas. La primera intentó hacer que renazca el partido auspiciado por el expresidente Rafael Correa que buscó afanosamente el triunfo para retomar el mando del país, quizá para siempre. Daniel Noboa, luego de un año y algo más como presidente de Ecuador, optó por una reelección. La campaña electoral, para ambos contendores, fue breve e intensa, sin mayores complicaciones logísticas. Esta vez el avance de la tecnología de los medios de comunicación permitió que conociéramos, en poco tiempo, mayores detalles sobre los candidatos y lográramos la información suficiente para cumplir con nuestro deber cívico.

Me permito describir algo muy peculiar que aconteció este trece de abril. Siempre hubo en los recintos electorales jóvenes, adultos y  ancianos: la ley lo exigía en unos casos y permitía en otros. Esta vez, se comenta favorablemente la presencia inusual de numerosos ancianos, de ochenta, noventa y más años. Yo fui uno de ellos: lo hice con alegría, pundonor, civismo; comprendí que la responsabilidad no nace de una disposición legal, sino de un mandato del corazón. Agradezco a El Mercurio por permitirme difundir a través de este espacio una permanente campaña en pro del voto de los ancianos, con dos finalidades: para no dejar en manos de otros, solamente, esta responsabilidad y para que sirva de buen ejemplo para las generaciones que pronto serán de la tercera y más edades.  Se ama a la patria desde la cuna hasta la tumba.

Este 13 de abril logramos abrir las puertas para el reingreso del civismo responsable. Si bien todo está por hacerse, esta vez contamos con gente bien intencionada, con mentes lúcidas y corazones ardientes. (O)

Dr. David Samaniego

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Fundador de Ecomundo, Ecotec y Universidad Espíritu Santo en Guayaquil. Exprofesor del Liceo Naval y Universidad Laica (Guayaquil) y colegio Spellman (Quito).

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