
Este 22 de abril de 2025 se celebra un año más el Día de la Tierra, en el que se recuerda y se concientiza la necesidad de cuidar el planeta. El Ecuador no está exento de esta obligación, aún más al ser uno de los países mega diversos de todo el mundo. Un ejemplo de la diversidad es el Parque Nacional Cajas y el macizo que se extiende a su alrededor.
Constituido por páramo y un paisaje envidiable, el sitio que dota de agua a gran parte de Cuenca bien puede servir para demostrar que en un espacio pequeño se puede admirar la riqueza de la que está hecha el Ecuador.
El Chimborazo desde el Cajas
Todavía hay personas que no creen que, el volcán más alto e imponente del Ecuador se puede ver desde el Cajas. Para mirarlo bastan dos requisitos: caminar desde Tres Cruces hasta Paragüillas, y que el horizonte esté despejado.

Cuando esas dos premisas se cumplen, mirando hacia el norte se ve el nevado, y, mirando hacia el este, se extiende el páramo del Cajas. Al observar el Chimborazo desde una de las partes más altas del cantón Cuenca, solo allí uno se da cuenta de lo que está hecho nuestro país.
Amaneceres que arden
A pesar del frío que hace tiritar y cala los huesos, siempre es buen plan visitar de madrugada (tomando todas las debidas precauciones) el Parque Nacional Cajas para admirar un amanecer. Ya sea detrás de un cerro o en la cima de uno, el sol siempre hace bien.
Cuando las nubes no están bien constituidas, y más bien se ven como una pincelada en el cielo, el paisaje se vuelve mágico. El naranja y el amarillo se convierten en los protagonistas antes de que el sol se asome por completo.
Y, de a poco, el negro de la noche desaparece y el Cajas se enciende.
¿Dónde disfrutar de un amanecer así? Cerro Amarrillo o camino a las Pampeadas. Tres Cruces también es un buen espacio para mirar la salida del sol.

El Valle de Burines
A veces creemos que tenemos que ir a Europa o al sur de Argentina para mirar imágenes como las que se ven en las películas. Y no es así. El Cajas cuenta con un valle cuyas ondulaciones son dignas mirar.
Se trata de Burines, un lugar que custodia algunas de las lagunas más bonitas e importantes del Parque Nacional Cajas. Entre ellas: la laguna Ocho, la laguna Ingañan, y las lagunas Burín Grande y Burín Chica.

Observatorio astronómico
El Parque Nacional Cajas es uno en el día y otro en la noche. Cuando hay cielo limpio, las estrellas, los bólidos y las lluvias de estrellas se asoman.
Y no hay nada comparable con lo que se llega a ver en una noche diáfana en el páramo cuencano. Las constelaciones se dibujan y los planetas brillan con intensidad.

Para esta actividad, cualquier lugar del Cajas es óptimo. Gracias a que todavía la contaminación lumínica no ha llegado, el espacio exterior se abre ante sus espectadores.
Sin embargo, si conoces muy bien el parque, lo recomendable es usar el parqueadero que está a unos metros antes del control de Quinuas. Desde allí se puede observar el cielo del páramo. (I)
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