Cuando la medicina es un milagro en Taisha

En Wampuik, la salud depende de la esperanza: centro médico precario para comunidades aisladas

Hay un puesto de salud en una precaria casa de madera y cemento en la comunidad Wampuik, en Huasaga, la parroquia rural más grande de las cuatro que tiene el cantón Taisha, en la provincia de Morona Santiago.

Y es precisamente en Huasaga donde, desde diciembre de 2024, se reportan muertes de niños con síntomas similares: dolor de estómago, fiebre, vómito y diarrea con sangre. Hasta ahora no se conocen las causas.

Este centro, del Ministerio de Salud Pública (MSP), cubre al menos 10 comunidades: Napurak, Tarimiat, Surik Nuevo, Mashuim, Kuserua, Shuinmamus, Saum, Putuim y Nases: donde habitan pobladores Achuar y Shuar.

Según Patricio Antuash, líder de Wampuik, el personal de este centro rota constantemente. Habitualmente hay solo dos médicos, dos enfermeras y dos odontólogos, lo que resulta insuficiente ante la alta demanda de atención.

Este centro tiene pocos medicamentos e insumos, que son básicos. Su energía proviene de paneles solares y un pequeño motor prestado mantiene frías las vacunas en una sala improvisada.

Los médicos y sus auxiliares descansan en una pequeña vivienda rústica, con menos de lo mínimo necesario. No cuentan con agua potable y dependen de la lluvia para recolectar el líquido que necesitan.

Los padres de Marasha caminaron durante cuatro horas por la selva para llegar al centro de salud en Wampuik y recibir atención médica.
Los padres de Marasha caminaron durante cuatro horas por la selva para llegar al centro de salud en Wampuik y recibir atención médica.

Los niños son los más afectados

El pasado 21 de abril, Marasha, una bebé de seis meses, llegó a este puesto de salud tras un arduo trayecto. Sus padres caminaron casi cuatro horas desde la comunidad de Napurak para buscar ayuda.

La pequeña fue colocada en una estrecha cama de madera, sobre un colchón desgastado, mientras recibía oxígeno. Su pecho se agitaba con dificultad: una bronquitis severa le impedía respirar con normalidad.

Su madre, agotada, cabizbaja y con una mirada cargada de impotencia, permanecía a su lado sin separarse mientras observaba como su hija luchaba por respirar, sin poder hacer nada para aliviar su dolor.

El padre de Marasha también aguardaba en silencio junto a una ventana de madera, con la mirada fija en el vacío a la espera de una respuesta de los médicos que le devolviera un poco de esperanza.

Aunque se trata de un centro de salud precario, para ellos es la única luz en la oscuridad, el último refugio donde depositan toda su fe para salvar a su hija, que se aferraba a la vida.

Diana caminó cuatro horas por la selva hasta el puesto de salud de Wampuik en busca de atención médica para su pequeña hija
Diana caminó cuatro horas por la selva hasta el puesto de salud de Wampuik en busca de atención médica para su pequeña hija

Caminaron cuatro horas

El 21 de abril, también llegó a este puesto de salud Diana con su hija Abigail, de tres años, quien sufría un fuerte dolor debido a una posible fractura de clavícula. Para llegar, caminaron cuatro horas desde Kuserua.

Ella esperaba, con el corazón en vilo, que la pequeña fuera evacuada en una avioneta hacia el hospital de Taisha o Macas, ya que esta es la única forma de transporte disponible en esta zona selvática.

Para esta madre, este centro de salud representaba la última oportunidad para mitigar, aunque sea en parte, la desesperación que sentía al ver a su hija sufrir. Sabía que no había otra alternativa a la vista.

Este dispensario fue entregado hace más de 30 años por una Organización No Gubernamental (ONG) y desde entonces no ha recibido mayor atención estructural ni equipamiento por parte del Estado.

El puesto de salud de Wampuik atiende a Napurak, Tarimiat, Surik Nuevo, Mashuim, Kuserua, Shuinmamus, Saum, Putuim y Nases: donde habitan pobladores Achuar y Shuar.
El puesto de salud de Wampuik atiende a Napurak, Tarimiat, Surik Nuevo, Mashuim, Kuserua, Shuinmamus, Saum, Putuim y Nases: donde habitan pobladores Achuar y Shuar.

Mordeduras de culebras

Carlos Chiriguana, habitante de la zona, señaló que este puesto de salud sirve a unas 1.500 personas. Muchas de ellas deben caminar más de seis horas por la selva para acceder a atención médica básica.

Contó que con frecuencia llegan pacientes con mordeduras de culebras y picaduras de alacranes, además de mujeres embarazadas y niños pequeños con cuadros graves por parásitos y desnutrición.

Para este comunero ante la lejanía y la falta de recursos, la llegada de brigadas médicas se ha vuelto urgente. Pide la vacunación masiva y desparacitación de los más pequeños, quienes son los más vulnerables.

Allí la situación se agrava día a día debido a la desnutrición crónica que afecta a muchos niños, por lo que es crucial enviar más personal para hacer, especialmente, labores de prevención.

Algunos comuneros comentaron que incluso hay médicos que deben poner de su propio bolsillo para cubrir el costo del servicio de las avionetas, especialmente cuando se trata de niños en estado grave.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que en los centros de salud haya un médico por cada 1.000 habitantes y tres enfermeras por cada médico. Esto no se cumple ni en lo mínimo.

En una precaria casa también reside el personal médico del puesto de salud de Wampuik, en Taisha.
En una precaria casa también reside el personal médico del puesto de salud de Wampuik, en Taisha.

Estructura necesita arreglo urgente

En el centro de salud de Wampuik no hay ni una camilla adecuada, y los médicos se han visto obligados a cubrir algunas paredes con anuncios, cartulinas y pósters, para intentar ocultar la precaria condición del lugar.

En este lugar además el aire pesado y cargado de humedad envuelve el ambiente, donde el polvo del suelo se mezcla con el olor a selva. Los insectos zumban sin cesar y crean un panorama sofocante.

Las ventanas abiertas no logran frenar la invasión de insectos que buscan refugio en cada rincón. La pesadez del aire, junto al sonido del viento, crea un escenario agobiante.

Los moradores esperan que el MSP construya un mejor centro de salud, pues es un derecho fundamental. La situación es insostenible, y cada día que pasa es una oportunidad perdida para salvar vidas.

Con el aumento de enfermedades y la serie de muertes entre los niños, la urgencia de contar con atención médica adecuada nunca ha sido más crítica. Cada vida que se pierde es un grito de auxilio que debe ser escuchado en esta selva.

Este centro de salud no solo atiende a los habitantes de Taisha, sino que también recibe pacientes provenientes de Perú. La cercanía de la frontera ha hecho que muchas familias de ambos países dependan de este servicio básico de salud.

A pesar de su precariedad, este puesto de salud se ha convertido en un punto de referencia para quienes viven en la zona fronteriza, lo que demuestra la necesidad urgente de mejorar las condiciones y ampliar la atención médica.

El puesto de salud de Wampuik necesita mantemiento urgente. En sus paredes hay huecos.
El puesto de salud de Wampuik necesita mantemiento urgente. En sus paredes hay huecos.

Puestos de atención médica

En Taisha, el MSP cuenta con una red de 21 establecimientos de primer nivel de atención médica, que dan soporte a comunidades de difícil acceso en medio de la selva.

De esos 21 centros, 16 son puestos de salud ubicados en comunidades Achuar y Shuar, donde muchas veces funcionan en estructuras improvisadas, sin agua potable, camillas adecuadas ni medicamentos suficientes.

Cinco centros de salud tipo A brindan atención médica básica, controles de embarazo, programas de vacunación y manejo de enfermedades comunes, aunque con limitaciones por falta de insumos y personal.

El hospital Básico San José de Taisha es el único de segundo nivel en el cantón. Recibe casos críticos, pero muchas veces las emergencias no llegan a tiempo por la distancia y la falta de transporte adecuado.

Aunque esta red intenta cubrir un amplio territorio selvático, la falta de vías, la dispersión poblacional y el bajo presupuesto complican el acceso a la salud de manera oportuna y con calidad.

La avioneta es la única ambulancia que hay en la mayoría de comunidades de Taisha, al interior de la selva.
La avioneta es la única ambulancia que hay en la mayoría de comunidades de Taisha, al interior de la selva.

Detalles

Taisha presenta una de las tasas más altas de desnutrición infantil en Ecuador. Según el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), casi el 50 % de los niños en el cantón sufre de desnutrición crónica.

La malaria es una preocupación significativa en Taisha. En 2016, el distrito de salud 14D05, que incluye a Taisha, reportó el 30 % de los casos de malaria a nivel nacional.

La movilidad transfronteriza entre comunidades Achuar de Ecuador y Perú contribuye a la propagación de esta enfermedad, exacerbada por el limitado acceso a servicios de salud y condiciones socioeconómicas precarias.

En 2011 Taisha enfrentó un brote de rabia humana transmitida por murciélagos hematófagos. Entre el 3 de noviembre y el 7 de diciembre de ese año, se registraron 11 muertes.

Las comunidades de Taisha no tienen acceso a agua potable. El consumo de agua contaminada de ríos y quebradas provoca enfermedades gastrointestinales graves en niños y adultos.

Un problema frecuente en Taisha son las intoxicaciones causadas por brebajes elaborados por shamanes. Algunas mezclas provocan alucinaciones, vómito y descompensación en pacientes vulnerables.

Población: según el censo de 2022

Taisha (centro) 7.817
Huasaga 2.069
Macuma 7.360
Tuutinentsa 5.229
Pumpuentsa 4.225.

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