En la evolución de la humanidad y sus diferentes culturas y lugares geográficos, este metal, el oro, fue siempre relacionado con la riqueza, el poder o creencias religiosas de variado jaez. De una manera mágica, hoy es baluarte de todo el sistema económico mundial y transnacional, al punto que, el respaldo monetario y económico de las naciones, se encuentra respaldado por su presencia física en las arcas bancarias e institucionales.
La minería ilegal a tomado tanta fuerza, que este momento es una de las tantas acciones legales e ilegales con las que el estado tiene que luchar. Tomaron tanta fuerza, gracias al inmenso poder económico y réditos de ganancias fantásticos, que sus organizaciones son verdaderas madrigueras de grupos delincuenciales transnacionales, que mediante coimas y actos intimidatorios, infiltran y reclutan en policía y ejército a sus altos miembros, que les aseguran libertad en la explotación y ganancia para todos.
En los últimos días en el alto Punino, fueron asesinados 11 militares a quienes emboscaron y gracias a un celular de un caído de los delincuentes, se puede saber de tejes y manejes de grupos como los “GDOlobos y comando de lo frontera” que manejan explotación, extracción y captando todo los recursos del precioso metal cuyo brillo y sus características como es ser inoxidable, lo hace en la humanidad, algo mágico y valioso.
Se descubre de esta manera que altos mandos militares y policiales, cuyos nombres se exponen y revelan como parte de la organización criminal y que, en este artículo, por obvias razones no se los nombra, son los que proporcionan los datos y pormenores a los comandos de maleantes, para emboscar y asesinar a sus compañeros militares caídos. Un enorme problema genera la minería, incluso la legal y mucho más la ilegal, destruyendo el medio ambiente y recursos no renovables, cruciales en la vida de comunidades, que tienen derecho, como todo ecuatoriano, a vivir en calma y sin estas inmensas contaminaciones de sus asientos territoriales ancestrales, que terminan con la pesca, caza y más. Desde luego y claro está, que, junto con el oro, la droga que como hermana siamesa se junta al delito, para ser producida y comercializada por estas bandas que tienen un enorme poder, incluso sobre el gobierno nacional, de cuyas manos se escapa el control. Sabemos y claramente todos los pormenores y tendrá que ser prioridad de política estatal, acabar con este cáncer del mal, que no conviene eliminar a muchos, porque de sus trafasías viven y se enriquecen sin tomar en cuenta, nada de lo vital. (O)