Un grupo de militares que participaron en la aprehensión de cuatro adolescentes, hecho sucedido en diciembre pasado en la ciudad de Guayaquil y conocido como el caso de “los cuatro de las Malvinas”, y que terminó con la desaparición y muerte de los menores, han decidido acogerse a la figura jurídica de la colaboración eficaz y narrar la verdad de los hechos. Entiendo que la mayor parte de la opinión pública, y ni se diga el gobierno, deben estar perfectamente claros de la gravedad de la situación pues se trata de cuatro muchachos que, culpables o no de cualquier infracción que se les quiera imputar, previa a su detención, se encontraban bajo la responsabilidad de una patrulla militar, es decir, bajo la responsabilidad del Estado.
Desde el punto de vista de los Derechos Humanos y, por supuesto, desde el punto de vista legal, al gobierno le compete prestar toda la colaboración necesaria para el esclarecimiento de los hechos. Cualquier acción u omisión por parte del ejecutivo, que no vaya en la estricta línea de transparencia que se debe guardar, o que tienda, directa o indirectamente, a manipular la verdad de los acontecimientos, no representará, para nada, ni un acierto político o, mucho peor, una práctica defensora de los Derechos Humanos.
Cualquier persona natural o funcionario público, del nivel o jerarquía que sea, que haya estado vinculado a los hechos que se investigan y que haya tenido cualquier grado de responsabilidad en los mismos, debe ser indagado de manera imparcial y en apego estricto al debido proceso. El intentar favorecer a alguien torciendo las pruebas o inventándose argucias legales, definitivamente no es una buena estrategia. Desde nuestra opinión, para este difícil y complejo caso, solo existe un remedio, y ese es la verdad. Consideramos que el gobierno tiene, de entrada, la oportunidad de demostrar dos actitudes, una, de compromiso con la verdad, y otra, de compromiso con la vigencia de los Derechos Humanos. Muchos ecuatorianos verán con buenos ojos que se llegue a la sanción de los responsables y ello nos devolverá, de alguna manera, el respeto ante la comunidad internacional. (O)