Se han desatado olas de críticas en contra del presidente a raíz de los últimos nombramientos en puestos claves del gobierno a personajes ligados al correísmo. Como, Carolina Jaramillo, que empezó este lunes sus funciones como la nueva portavoz de la actual administración y quien confrontó en X a Martín Pallares, columnista y analista político, por las críticas surgidas contra ella por recordarle que tiene un pasado correísta y que odia a los periodistas; por llamar a Carlos Vera “machista e insecto” y porque “no podía ver a Fernando Villavicencio”. La respuesta grosera de la vocera no se hizo esperar y respondió a Pallares: “No odio a los periodistas, me caes mal vos. Y a vos te dije pendejo…” ¿De qué mercado le sacaron?
No se trata únicamente de responder con grosería -al aceptar el cargo, sabía que le recordarían su militancia correísta- sino de planificar una rueda de prensa para compartir información que finalmente no tuvo. Bien podrían subir el comunicado a las cuentas institucionales y nos ahorramos ese sueldo. Lleva unos días en el cargo y no sabe comportarse. ¿Harán que se disculpe o permitirán que de ahora en adelante ataque a cualquiera que le critique? Por otro lado, María José Pinto promueve la reconciliación y unidad nacional mientras la nueva vocera hace quedar mal al gobierno que representa.
Jaramillo fue asesora de varias carteras estatales durante la administración del prófugo y de Lenín Moreno. Sin embargo, el fin de semana circularon videos de entrevistas pasadas en las que cuestionaba aspectos de la primera administración de Noboa, con el que, paradójicamente, hoy colabora.
Otra de las figuras que produce resquemor además de la funcionaria mencionada y de Marcela Holguín, es Fausto Jarrín, abogado de confianza del prófugo, quien defendió a correístas investigados por corrupción como Fernando Alvarado y Alexis Mera. Aunque oficialmente no ocupa un puesto en el gobierno, se sabe que es una pieza importante en la gestión política de Noboa. La cercanía de estos funcionarios con el presidente ha sorprendido e indignado a quienes lo apoyamos para que ganara la contienda presidencial a la Rana René. Hasta el momento, los correístas no han atacado a Jarrín por su camisetazo; pero su presencia en el régimen confunde a los que votamos por un Nuevo Ecuador, pero sin los lamebotas de Correa. (O)