Sí, el titular es fuerte. También lo dudé varias veces antes de colocarlo. Pero amigo lector, se preguntará: ¿y esto qué rollo? Pues es así de crudo. Nobita está tomando acciones para evitar que grupos criminales sigan reclutando menores de edad para cometer delitos. ¡Miserables!
Revisando material para este artículo, me quedé frio. Más de 3.000 menores han sido detenidos, según estadísticas nacionales, por participar en asaltos, robos, sicariatos y otras barbaridades. La cosa es seria. Los capos saben que los menores no pueden ser juzgados como adultos. Por eso los prueban. Les dan tareas. Los empujan al crimen de a poquito.
Como “El Niño del Terror”, hay miles en la actualidad. Basta ver los noticieros. Peladitos convertidos en gatilleros. Matan sin temblar. Reclutados desde temprana edad, son las campanas en los barrios. Se encargan de dar aviso cuando ven operativos. Así empieza todo.
Se aprovechan de la pobreza. Les dan dinero para comprarse cualquier cosa. Ese billete se vuelve más adictivo que la H. Con plata del crimen se compran un teléfono, unos zapatos de marca y ya se creen los más “propios” del cole. Pero no solo es eso. Esos mismos niños se convierten en los vacunadores de las escuelas. Si no pagan visaje, hay bala.
Y no olvidemos la narcocultura. Muchos canales de televisión la promueven. Historias de narcos bañados en dólares, mandando droga a EE.UU. o Europa, viviendo entre lujos y mujeres cosificadas. Tragos caros, cadenas de oro y títulos como “Patrón”. Eso ya se normalizó en Ecuador. Da vergüenza.
Por eso, bien por Nobita. Necesitamos políticas públicas serias y especializadas para blindar a los menores. Se necesita una intervención real en esos barrios donde delinquir es la única salida que conocen para salir de la pobreza. La violencia se ha disparado. Nos ven como si fuéramos un país del Medio Oriente.
Así que, estimados políticos, es momento de que brillen con sus estupendas ideas. (O)