Si no lo haces, lo verás hacer. Durante varios lustros, el sector empresarial de Cuenca pugnó para construir un nuevo parque industrial. El actual, desde hacía varios años, simple y llanamente ya no daba para más.
Las diversas administraciones municipales no tuvieron ni la visión, y, si la tuvieron se opacó pronto; tampoco la voluntad política para dotar de suelo industrial.
Cualquier intentó, o murió víctima de la desidia municipal o por la oposición de sectores, escasos por supuesto, donde era factible, técnica y ambientalmente construir un nuevo parque industrial.
El “no a todo” es un estigma de varios sectores de la ciudad. Se oponen a todo. Un ejemplo reciente es la preterida construcción de la central hidroeléctrica Soldados-Yanuncay.
La visión, la urgencia, del empresariado local, pudo más. Su proyecto, y no es cualquier proyecto económica, tributaria y laboralmente hablando, aterrizó en la parroquia Javier Loyola, cantón Azogues.
Allí, en un área de 30 hectáreas se construirá el Eco Parque Industrial del Austro. Albergará empresas logísticas, manufactureras, tecnológicas y de servicios.
Se prevé una inversión pública-privada de USD 33 millones y la generación de más 7.00 empleos entre directos e indirectos.
Se instalarán más de 50 empresas. Por esto, el Ecoparque se convertirá “en un polígono de desarrollo y de oportunidades para la región”.
La iniciativa encontró eco entre las autoridades parroquiales, cantonales y provinciales del Cañar, principalmente el apoyo de la comunidad luego de algún tiempo de socialización, despejando justas inquietudes relacionadas al impacto ambiental.
Muchas empresas han debido trasladarse al cantón Durán, provincia del Guayas, donde ahora impera la inseguridad.
Por el bienestar de la región, en particular de la vecina provincia del Cañar, y de la parroquia Javier Loyola en especial, el proyecto industrial, sin lugar dudas se cristalizará pronto. Buen viento.
