El Mundialito de los Pobres celebra su edición de oro

Cuenca respira indor. Basta con acercarse al coliseo Jefferson Pérez y sentirlo: el aroma a linimento en los pasillos, los balones que botan ansiosos en las manos de los jugadores, los vendedores de espumillas buscando su esquina, las familias cargando banderas y camisetas.
Esta noche, cuando el reloj marque la hora de la verdad, iniciará la edición 50 del Mundialito de los Pobres, una fiesta barrial convertida en patrimonio popular.
Cincuenta años no son poca cosa. Medio siglo de historias que nacen en las calles, de equipos que surgen en veredas polvorientas y que hoy pisan una duela impecable bajo los reflectores. El torneo vuelve con toda su esencia: goles imposibles, rivalidades de antaño y ese público que se entrega como si cada partido fuera una final.
Amistad Club, organizador del evento, ha prometido una inauguración a la altura de la ocasión. Serán 36 equipos y 432 jugadores los que desfilarán esta noche, entre aplausos y bombos. Cada uno con su camiseta, su barrio bordado en el pecho y su ilusión intacta.
Luego llegará el protocolo, pero no será la típica formalidad fría: habrá un show de medio tiempo, al mejor estilo Super Bowl pero con sazón popular, a cargo del grupo Caramelo Caliente, encargado de ponerle música a la celebración.
Uno de los momentos más emotivos será el partido de exhibición: las glorias del Mundialito —jugadores históricos de barrios como Cristo Salvador, El Chorro y Suelería— volverán a calzarse los zapatos para enfrentarse a exfiguras del Deportivo Cuenca, como Servio Cabrera, Jaime Vélez y Hugo Barrera. Una postal donde el pasado y el presente se darán la mano.
Los barrios que hicieron historia
La historia del Mundialito no cabe en un solo partido. Es una enciclopedia de barrios y nombres grabados en la memoria colectiva. De los 36 equipos que compiten este año, solo 11 saben lo que es levantar la copa: San Roque, Simón Bolívar, Ciudadela Calderón, Cristo Salvador, Los Arupos, El Vecino, Ciudadela del Joyero, Totoracocha, Perezpata, El Vado y Cinco Esquinas.
Entre ellos, el rey indiscutible es Simón Bolívar, que ha levantado el trofeo en cinco ocasiones (2018, 2019, 2022, 2023 y 2024) y este año busca su sexta estrella bajo la dirección de Andrés Cedillo. Le siguen San Roque, con cuatro coronas y mucha tradición, y Cristo Salvador, con tres títulos que pesan en el vestuario.
Pero aquí nadie se siente menos. Todos llegan con la esperanza de escribir su nombre en la historia y colgar una estrella en el cielo de su barrio.
El puntapié inicial y la promesa de gloria
Después de la inauguración, será Cristo Salvador, cabeza del Grupo A, quien abra el fuego contra Cristo del Consuelo, mientras que el duelo de fondo enfrentará a San Roque con San Blas. Dos partidos con sabor a clásico y con la adrenalina de saber que el camino hacia el título ya empezó.
El torneo culminará el 29 de agosto, cuando se conozca al nuevo monarca de la pelota chica. Hasta entonces, Cuenca vivirá siete semanas de emociones, llenando las gradas del coliseo y demostrando que este Mundialito no es solo deporte: es identidad, cultura y corazón.
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