
Entre cerros que guardan historias, caminos de tierra que aún recuerdan el paso de arrieros y un bosque montano que cobija aves y plantas nativas, se extiende la ruta Barabón – Cerro Huizhil – Baños.
Este sendero, de unos 4,2 kilómetros, ofrece a los visitantes un recorrido de dificultad media que combina naturaleza, vestigios coloniales, gastronomía y aguas termales.
Aventura
La aventura comienza en el puente de San Juan de Barabón, que se alza sobre las aguas del río Yanuncay. Desde allí se asciende por antiguos caminos que, hace más de cuatro siglos, formaron parte de las rutas de arrieros y mineros
Con cada paso hacia la cima, el paisaje se transforma. Pequeños fragmentos de bosque húmedo montano alto se abren entre cedrillos, llashipas y sacha alisos. En el cielo, es posible avistar el vuelo del gavilán andino, uno de los habitantes característicos de esta zona.
Cerca de la cumbre, el camino se bifurca. Se toma el ramal derecho para continuar el ascenso hasta el sector conocido como Chapaloma, un mirador natural desde donde se disfruta una vista de 360 grados. El Huizhil regala vistas panorámicas impresionantes: hacia el norte, el Cerro Barabón; hacia el oriente, la cuenca media del Yanuncay; y, a lo lejos, los techos color terracota de Cuenca.
Cada vez más turistas locales y extranjeros se animan a recorrer. Se recomienda hacer pausas para descansar.
La ruta continúa por un sendero que desciende hacia el sur, en dirección a Baños. En temporada de lluvias, la humedad del suelo obliga a caminar con precaución.
Recorrido
Este tramo atraviesa zonas que conservan vestigios de la minería colonial, como las minas de “Todos Santos”, que pertenecieron al fundador de Cuenca, Gil Ramírez Dávalos. Documentos históricos señalan que en 1562 ya se registraban talas para alimentar los socavones, un temprano testimonio del impacto humano en estos montes.
Al acercarse a Baños, el sendero serpentea entre casas y huertos, hasta desembocar en la vía Misicata-Baños, para llegar a Cuatro Esquinas, en el centro parroquial.
El final del recorrido ofrece distintas alternativas para comer, descansar o relajarse en uno de los balnearios de aguas termales.

En locales como ‘Delicias de Ana’, donde Adrián Mateo prepara envueltos, humitas, quimbolitos y timbulos con recetas heredadas de su abuela, elaborados con maíz orgánico cultivado en su propia huerta.
“Son platillo que preparamos con orgullo, porque así se mantiene vivo el patrimonio culinario de Baños”, dice Mateo, quien además envía sus productos empacados al vacío a otras ciudades e incluso al exterior.
También se puede disfrutar de un chocolate caliente acompañado de humitas en cafeterías del sector.
Turismo sostenible
Para garantizar la seguridad y la conservación de este espacio, el GAD Parroquial de Baños impulsa recorridos organizados con guías.
Sumak Serrano, técnico de turismo del GAD de Baños, explica que se busca poner en valor este cerro y estos senderos ancestrales, conservando el ecosistema y generando ingresos para las comunidades.
“Queremos fomentar el turismo comunitario, proteger la zona y dar realce a la gastronomía local”, explico. Además, trabajan en la señalización del sendero e impulsan el involucramiento de estudiantes universitarios en el ámbito turístico.

Entre los guías autorizados por el Ministerio de Turismo están Jorge Barrera (095 947 6820) y Orlando Sigüenza (098 585 4587). Asimismo, operadoras como ‘2 Degrees Expeditions’de Felipe Neira (098 068 4577), ofrecen paquetes que incluyen caminatas diurnas y termas al final del día. (PNH)-(I)
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