Solanaceae, delicias americanas que viajaron por el mundo por sus sabores y adicciones.

Esta exquisita familia de plantas, caracterizada por su diversidad de frutos y tubérculos, ha conquistado paladares en todo el mundo.


Esta exquisita familia de plantas, caracterizada por su diversidad de frutos y tubérculos, ha conquistado paladares en todo el mundo. Tan grande ha sido su impacto que hoy son protagonistas de muchos sabores universales, y pocas personas saben que Incas, Aztecas y Mayas ya las disfrutaban hace miles de años.


Existen indicios de intercambio de productos entre la cultura Valdivia y la Maya, y seguramente los
chasquis difundieron sus frutos a lo largo de Sudamérica.

El picante más difundido del planeta


¿De qué delicias hablamos? Pues del tomate riñón, el más vendido a nivel mundial; del
uchú (ají en quichua), el picante más difundido del planeta; del pimiento ají dulce, el tomate de árbol, la naranjilla, la formidable uvilla y frutas menos conocidas como el zhulalag, propio de la zona andina y consumido en largos viajes a pie o a caballo.


Entre las pocas excepciones de origen no americano está la berenjena. Y, seguramente, aún hay especies escondidas en los bosques que desconocemos.

Piedras utilizadas por nuestros antepasados

¿Cómo no mencionar las uchurumi, piedras utilizadas por nuestros antepasados cuyo significado es precisamente «piedra para moler ají»? En Ecuador, de hecho, se halló la semilla más antigua de
Capsicum (ají), con más de 5.000 años de antigüedad.


Este picante, preparado de infinitas formas, también conquistó el mundo, y hoy incluso existen concursos donde se reta al paladar a soportar el ají más picante.

El tabaco usado por chasquis incas


Para los largos trayectos de los chasquis incas y de otros pueblos, no solo se usaba la coca: otra solanácea les acompañaba, el tabaco. Esta planta ha seducido mentes y dañado pulmones, convirtiéndose en un símbolo global, desde el vaquero de Marlboro hasta los veloces corredores de la F1. Hoy su imagen ha cambiado, pero su huella persiste en el subconsciente colectivo.

Rituales ancestrales: ceremonias chamánicas


No solo se usa como adicción, también tiene un rol en rituales ancestrales para limpiar o reafirmar el espíritu. En ceremonias chamánicas, se prepara una dosis que, inhalada por la nariz, busca despejar pensamientos y renovar la conciencia.


Y claro, no podemos olvidar una de las delicias más universales: las famosas pommes frites o papas fritas, cuya creación se disputa entre Bélgica y Francia, nacidas, dicen, en un frío invierno y, desde entonces, conquistando cada rincón del planeta.


Así, el Solanum tuberosum (papa en quichua) es protagonista de las recetas más sabrosas: yapingacho, locro de papas, papas locas, papas con cuero, papas con pepa de sambo, en sopas y cuanto plato podamos imaginar.


Existen cientos de variedades, adaptadas a diferentes países, pero todas ellas originadas en los altos Andes. Incluso el vodka cambió su receta tradicional de cereal a papas.

Floripondio: la trompeta de los dioses


Sorprendentemente, dentro de esta misma familia se encuentra una planta conocida como «los dulces sueños»: el floripondio o huanduj (en quichua), también llamado «la trompeta de los dioses».


De esta planta se extrae la escopolamina, una sustancia peligrosa que, mal usada, puede hacer que una persona pierda su voluntad y obedezca órdenes sin resistencia. La famosa canción
«Burundanga», interpretada por Celia Cruz, hace referencia a esta planta.


El floripondio no solo es usado por malechores, sino también en limpias y rituales espirituales. Es común encontrar esta planta cultivada en las entradas de los hogares como protección contra malos espíritus.


Las limpias, realizadas por mujeres con capacidades espirituales en mercados y plazas de Ecuador, suelen efectuarse los martes y viernes. Combinan varias plantas, terminando el ritual con un huevo y una soplada de hierbas impregnadas en licor.

Más de 320 especies distribuidas en 23 géneros


Iochroma cyaneum, este arbusto de los andes, es polinizado por colibríes y crece en zonas fértiles y con humedad. / Kabir Montesinos


En Ecuador, las solanáceas son muchas: más de 320 especies distribuidas en 23 géneros, siendo
Solanum el más extenso, con más de 160 especies. A nivel mundial, la familia cuenta con
98 géneros y más de 2.700 especies, concentradas principalmente en Sudamérica. Hay:

  • enredaderas,
  • árboles,
  • herbáceas
  • subarbustos.


Como ya mencionamos, muchas son altamente alimenticias, pero también hay especies venenosas. Por eso, si no estamos seguros de que una solanácea sea comestible, es mejor no consumirla.


Por ejemplo, de la papa (Solanum tuberosum), solo el tubérculo es comestible: su fruto es venenoso y contiene solanina, una sustancia tóxica que da nombre a la familia. Por esta razón, la papa debe almacenarse en la oscuridad para evitar que realice fotosíntesis, se ponga verde y acumule más solanina. Una papa «verdiada» no debe cocinarse.


La especie más vistosa y peligrosa

Aunque no son muy utilizadas como plantas ornamentales, muchas solanáceas tienen flores vistosas. La más llamativa, pero también la más peligrosa, es el floripondio. Sus flores tubulares, de entre 10 y hasta 60 centímetros, se han cultivado en infinidad de colores: desde tonos pálidos hasta encendidos, simples o dobles, lo que la convierte en objeto de colección para muchos.


Por su amplia diversidad y capacidad de adaptación, las solanáceas están presentes en todos los pisos climáticos: bosques, desiertos y páramos, cumpliendo un rol fundamental en la regulación de los ecosistemas. Son fuente de alimento para aves, insectos y otros animales.


Pero cuidado: lo que una ave o insecto puede comer, no necesariamente es seguro para el ser humano. Algunas especies, como ciertos insectos, aves como los colibríes, murciélagos u otros animales, han evolucionado para resistir sustancias que para nosotros serían peligrosas o venenosas, como la capsaicina del ají o los alcaloides del floripondio. (I)


Texto y Fotos: Kabir Montesinos G.
kmontesinos@gmail.com

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