Septiembre es muy especial en el día a día de los sectores rurales de la región austral, motivado por la temporada vacacional y el regreso a las haciendas, quintas vacacionales y casas de campo; por el folclore de las cosechas y la tradición ferial que activa a las comunidades y tiene su máxima expresión en la movilización a la Feria de Loja y devoción a la Virgen de El Cisne, feria y romería que, van de la mano, desde 1896 forjando la feria más trascendente del Sur del país y una tradición ferial en el imaginario regional.
Son parte de este imaginario las ferias citadinas de los jueves y domingos con los parroquianos vendiendo sus productos y proveyéndose de otros; las ferias de ganado en Gapal y Patamarca; las ferias de sombreros de paja toquilla en María Auxiliadora y más. Remanentes de esta tradición creemos ver en los cabalgantes de Soldados y Barabón de fines de semana orillando el Yanuncay aguas abajo y en los jinetes de Zhidmad y El Carmen de Jadán galopando hasta a San Juanpamba y Guangarcucho; la feria de Baños, Barabón, Soldados, Pimo y Tangeo mantenida por Ricardo Carmona, los miércoles, con su camión de feriantes avanzando en el páramo para venta o trueque de productos con los campesinos de Can Can, Chaucha, Carmen de Pindilig y Pucará, algunas veces llegamos con Oswaldo Larriva; las ferias de las fiestas de Cuenca, en el Centro Agrícola Cantonal, con la elección de la Chola Cuencana, “Los Dinámicos” y el recordado “Valentín” y su show de humor, canto y baile; más cercanas en los recuerdos las ferias del Otorongo, del Puente Roto, de Totoracocha, de artesanías del CIDAP y las de Chaguarchimbana, con alcance nacional e internacional, cuando organizaba la Fundación Paul Rivet, entre otras. Más cercana en la memoria, aún, la feria del Libro de Cuenca, un esperado evento cultural.
Eventos de identidad festiva en lugares puntuales (Feria de Ramos Urco en Moriré), parroquias y cantones, como las de noviembre y abril en nuestra ciudad, crecidas en número, magnitud y diversidad en concordancia a su gradual complejidad cultural expresada en artes, artesanías, agro producción, industria, gastronomía y turismo, espacios que ofrecen la posibilidad de exponer, ofertar, compraventa o simplemente mirar y socializar a la población local y en tránsito ahora que el turismo es una realidad en el día a día de la ciudad. (O)