Estudiantes se adaptan a la restricción de celulares en las aulas

Las sanciones varían en cada plantel. Van desde un llamado de atención, hasta la retención del dispositivo por 15 días o incluso hasta el final del año lectivo en caso de reincidencia.

Estudiantes se adaptan a la restricción de celulares en las aulas, una disposición que rige desde el 1 de septiembre de 2025 en el régimen Sierra-Amazonía. La medida busca reforzar la concentración, la seguridad y la convivencia en los planteles educativos.

De acuerdo con la disposición del Ministerio de Educación, los celulares no pueden ser usados durante la jornada escolar, salvo en Bachillerato y únicamente para actividades pedagógicas previamente autorizadas por los docentes.

Una encuesta realizada por la cartera de Estado en 2024, reveló que el 77 % de los profesores considera que el uso de estos dispositivos afecta la atención en clases y disminuye el rendimiento académico.

En la Unidad Educativa “Herlinda Toral”, el docente de Bachillerato Juan Urdiales indicó que la norma se está acatando.

“Al inicio de cada hora se recuerda a los alumnos que deben mantener el celular en silencio o apagado y guardado en la mochila”.

En caso de incumplimiento, el teléfono celular se retira y se entrega en inspección. La primera vez, se convoca al representante para la devolución. Sin embargo, en caso de reincidencia, el celular se retiene por 15 días y al término de ese plazo se entrega al padre de familia.

Paola Narváez, madre de una adolescente de 15 años, comentó que antes veía el celular como un recurso útil para mantener contacto con su hija, pero notó que el dispositivo se convirtió en una distracción.

“Le afectó en lo académico, social y emocional. Fue necesario incluso recurrir a apoyo psicoemocional para que comprendiera cómo y cuándo debía usarlo”, explicó.

Información

Durante las primeras semanas de clases, las instituciones suelen realizar reuniones con los padres, donde se informa sobre la aplicación de la normativa.

Rosa Orellana U., rectora de la Unidad Educativa Alberto Andrade Arízaga “Brummel”, indicó que la restricción del celular se aplica incluso durante los recreos. En ese plantel, los padres firmaron un acta de compromiso al momento de la matrícula.

“Las sanciones están incorporadas en el Código de Convivencia. La primera vez que incumplen se le hace un llamado de atención al alumno. No obstante, si reinciden, el celular se entrega hasta el final del año lectivo”.

Los planteles refuerzan que, en Bachillerato, el uso de celulares solo está permitido para actividades pedagógicas previamente notificadas a las autoridades y representantes.

Sofía Baculima, estudiante de tercero de Bachillerato, considera que el celular no es indispensable dentro de la escuela.

“El año pasado lo utilizábamos para descargar material extra de los libros (…) Ahora, la comunicación con nuestros padres se hace solo antes de ingresar o al salir de la institución”, comentó.

Especialistas coinciden en que la tecnología puede ser una aliada en el aprendizaje, pero advierten sobre los riesgos de un uso desmedido.

Vanessa Sarmiento, especialista en Pedagogía, explicó que el celular en el aula puede resultar útil si su uso está planificado y se limita a reforzar destrezas, evitando que se convierta en el recurso principal.

Regular el tiempo y el propósito del uso del celular

El psicólogo clínico Marco Fárez señaló que la tecnología no es negativa, pero el problema surge cuando los adultos delegan en ella responsabilidades que les corresponden.

“Antes los niños pasaban horas frente al televisor; ahora se los entretiene con aplicaciones en un celular. De hecho, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) se empezó a estudiar la adicción a videojuegos e internet como un posible trastorno, debido a la dependencia que genera”, señaló.

Para los especialistas, lo correcto es regular el tiempo y el propósito del uso. “La tecnología ayuda, pero no debe reemplazar el rol de los padres en la crianza ni la necesidad de que los niños se desarrollen en ambientes estimulantes”, indicó Fárez.

Desde el área de salud, la psiquiatra infantil Adriana Vásquez advierte que la exposición temprana a pantallas es riesgosa.

“Los niños de 0 a 3 años no deberían tener acceso a dispositivos, porque afecta el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales”.

Padres, docentes y especialistas coinciden en la necesidad de acompañar a los alumnos en este proceso, regulando el uso de la tecnología y promoviendo hábitos que favorezcan su desarrollo académico, social y emocional. (PNH)-(I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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