En la niebla

Esta semana ha sido como una densa niebla, en ese umbral donde no es día ni noche: sabemos, pero no sabemos. Los medios intentan ocultar la rabia latente de organizaciones sociales y comunidades que, desde sus territorios, han vivido ataques, desapariciones y encarcelamientos.

Las ciudades, por su parte, despiertan lentamente; en la capital crece la presencia en las calles y también la represión. Cuenca empieza a sentir el encierro y contiene al quinto río, listo para desbordarse de nuevo.

Varios líderes denuncian nuevas formas de persecución: amenazas coactivas por deudas y responsabilidades ajenas, bloqueo arbitrario de cuentas bancarias y advertencias desde el SERCOP. Son mecanismos de control nunca usados ni en los gobiernos más duros, que hoy se imponen como estrategia de miedo y sometimiento, amparados en una ley inconstitucional y en un abuso de poder sin nombre.

Pero la historia nos recuerda que ninguna niebla es eterna, y que la fuerza de los pueblos termina siempre por abrir camino a la claridad. (O)

mi.cordero@sendas.org.ec

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