Cada vez más, se multiplican los accidentes de tránsito, ocasionados, con mayor frecuencia, por el consumo de alcohol y la velocidad, asumida por los conductores.
Es urgente que el control de quienes están al volante, se refuerce, a fin de salvaguardar la vida de pasajeros y transeúntes. Calles y avenidas deberán estar resguardadas por elemento policial o militar, para seguridad de los peatones, debiendo aplicarse el máximo de la pena, en caso de la conducción vehicular con ingesta de alcohol y prisión, con años de reclusión, para quienes han atentado contra la vida de una persona.
Alcohol, velocidad y atención vehicular de personas y automotores, son las razones para un obligado control de las autoridades de tránsito. Es hora de tomar conciencia sobre la vida de las personas en las calles y avenidas públicas. ¡Cuenca y el Azuay requieren de mayor control y aseguramiento de la vida de sus habitantes! (O)