¿Usted cree en la suerte? Yo no. En el 40 cuando un jugador te hace una caída, no es porque tenga suerte. Por el contrario, el asunto depende de varios factores: tus cartas, las que ya salieron, las que tienen los demás y tu capacidad de poner cara de palo cuando te salga ronda. No hay suerte. Hay jugadores que dominan el juego y otros que no.
Lo mismo sucede en este país. Suerte, lo que se dice suerte, no hemos tenido nunca. Y para nadie es secreto que se nos hunde el barco. Y por ahí, a un par de genios se les ocurrió que para salvarlo hay que desarmarlo y volverlo a armar. Y yo no le voy a decir si estoy de acuerdo. No debería. Lo que sí puedo decirle es que haga el favor de pensar antes de decidir si usted está de acuerdo, pero de manera informada, pensando en las consecuencias y jamás por simpatía o antipatía al político de turno. Eso más la esperanza de que esta vez nos cambien de árbitro, porque la última vez nos tocó uno parecido al que dirigió el último partido del Cuenquita vs. Barcelona. Ese, ajá. ¿Te acuerdas? ¡A ti te digo!
Ya ok, ya sé. El silencio electoral. Así que mejor volvamos al 40 y supongamos que usted viene ganando una mesa tras otra. Pero resulta que, de un rato al otro, no le sale nada y comienza a perder mientras mira su dinero evaporarse (sí, al 40 se apuesta ¿usted qué creía?). ¿Se vale? Claro que se vale. Así es la vida. Lo que no vale es echarle a la culpa a su compañero, al naipe, a la mesa. Así no funciona. Hay que hacerse responsable. ¿Se entiende?
Lo mismo aplica para este domingo. Haga lo que crea correcto, pero luego hágase cargo. Lo que pase mañana es su culpa. No encienda la radio. No mire al vecino ni al abuelo cuando diga “qué suerte tenemos para las desgracias”. No busque culpables. Hágase cargo. Lo contrario, en el 40 se llama mala fe y en política, deshonestidad intelectual. Eso nada más…(O)
@andresugaldev










