Veo que muchas personas en el país reconocen —y está bien— la figura de Rodrigo Borja por su paso por la presidencia del Ecuador y el rol que desempeñó como jefe de Estado. Buen recuerdo es, aún más cuando hay escasez de gente formada y seria en el ejercicio de la política partidista. Pero hay algunos elementos más de Borja que me gustaría tratar.
Como he venido señalando, Borja deja una herencia importante para el país en el pensamiento del Derecho Político y del Derecho Constitucional. Sí, gran político de virtudes; pero, además, cardinal pensador del Ecuador, y eso hay que rescatarlo. Aún más en un tiempo en donde se cree que es pensador cualquier arrebatado que opina de temas que desconoce en una red social.
Varios son los textos que ha escrito, y esto se debe mirar porque lo hacía cuando en el Ecuador aún era —llamémosle— esporádico una publicación de esta naturaleza. Su criterio riguroso en la estructura del Estado, la razón del poder político, la esencia de la soberanía y la población rebasan una comprensión “light” (léase: por encimita) del último tiempo, en donde hay ausencia de conceptos. Es decir, no es que solamente hagan falta políticos como Borja, sino que hacen falta pensadores y lectores de Borja.
La Enciclopedia de la Política de Borja es una obra majestuosa. Y están en línea. Detalla la comprensión de instituciones y principios de la Ciencia Política. Pues creo que hay que partir de una premisa: la política no es la elección electoral o la urna, como erradamente se puede pensar. Cuidado. La Ciencia Política implica el estudio sistemático del poder, del Estado, del gobierno, de las instituciones, de las decisiones colectivas, de los factores económicos y del comportamiento político en todos los niveles. Sinceramente, no creo que pueda existir un constitucionalista serio sin bases sólidas de Derecho Político. Es imposible.
Rodrigo Borja reúne, además, una característica que en este tiempo vale mucho más que cualquier otra cualidad: honestidad y ética; seriedad y rigurosidad; humildad y trascendencia; sentido cívico y profundidad. Algunos quieren revivir políticamente a Borja. Creo que es un error, pues todo tiene su ciclo en la vida. Y la mayor vida que puede tener Borja es que perdure su pensamiento: que más ecuatorianos lo lean y lo estudien. De hecho, ayudaría mucho, pues algunos abandonarían el sencillito discurso monista y personalista por profundas intenciones y decisiones de talla país. (O)
@jchalco
