José Fajardo, antes de abrir las puertas de su negocio, se detiene unos instantes para contemplar las fachadas de las casas vecinas. Sus paredes recientemente restauradas, lucen murales que evocan la historia de la calle Rafael María Arízaga y la ciudad de Cuenca.
El local de José y su madre se ubica a un costado de la plaza del monumento de la Virgen de la Merced, un espacio del tradicional barrio El Vecino. Desde hace casi diez años, ambos se dedican a la venta de secos de carne, pollo y otros platos.
José, de 25 años, considera que las obras, en especial los murales, potencian el turismo del barrio y contribuyen a cambiar la percepción de que se trata de una zona peligrosa. Recuerda que, antes de esta intervención, a penas existían tres murales: uno del maestro Ángel Quinde, reconocido como uno de los primeros artesanos dedicados a la fabricación de canales y canaletas para las viviendas.
El taller del maestro Quinde todavía existe, aunque él ya no frecuenta este espacio, pues hace ocho años sufrió un quebranto en su salud que le impidió continuar con sus labores. Patricia Quinde, su hija, agradece que su memoria y trabajo se mantengan vivos con un mural, pero considera que su padre merece un mayor reconocimiento por el aporte que su oficio dejó a la ciudad.

Estas obras realzan el aspecto de la calle, que ya de por si constituye un atractivo por conservar el adoquín en la calzada. Además, las casas de su entorno son mayoritariamente patrimoniales, muchas de ellas con portales que, en el pasado, servían para amarrar a los caballos.
Entre los nuevos murales destaca el dedicado a Cristo Pobre, una imagen custodiada por la parroquia eclesiástica San José de El Vecino y que simboliza la humildad de Jesús. La pintura ocupa la fachada de una antigua vivienda bien conservada, sostenida por pilares que enaltecen su valor patrimonial.
Otra de las imágenes es la de la Virgen del Carmen, representada con los brazos abiertos, y debajo de ella, un numeroso grupo de policías y militares. La escena como que simboliza a la Virgen como protectora de las fuerzas del orden.
También existen otros murales dedicados a los oficios tradicionales, como el arte del tallado en mármol y madera, así como la elaboración de sombreros de paja toquilla, entre otros. Todos ellos están elaborados sin descuidar ningún detalle.
Importancia del proyecto en calle Rafael María Arízaga
Este proyecto municipal involucra a varias instancias para recuperar uno de los espacios históricos de Cuenca. La restauración de las fachadas de las viviendas y la elaboración de murales se realizaron en el tramo de la calle Rafael María Arízaga, comprendido entre la calle del Rollo y la General Torres.
Xavier Aguirre, director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio, destaca la participación de los frentistas, quienes invirtieron recursos propios para mejorar las viviendas con el asesoramiento del Ayuntamiento. Recalca que se intervinieron las fachadas de 137 casas, se elaboraron siete murales nuevos en puntos estratégicos y se restauraron tres existentes, con el objetivo de poner en valor la historia, las tradiciones, las costumbres y el legado de la zona.
Asimismo, Aguirre señala que existen planes para continuar con procesos de recuperación en otras calles con el mismo valor histórico. Además, se repotenciará algunos de los espacios que ya han sido intervenidos con anterioridad.-(I)
- 6 meses duró la intervención para restaurar las fachadas, además del pintado de los murales artísticos.
- La empresa Salvador Pacheco Mora aportó también con descuentos del 50 % para quienes adquirieron los materiales en el arreglo del frontis de las casas.
- -La Curia aprovechó para realizar un mantenimiento a la fachada de la iglesia y el convento de San José de El Vecino. Ambas infraestructuras se ubican en esta calle.
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