Hay una cierta creencia en Cuenca: que el Pase del Niño Viajero es la única manifestación religiosa que reúne a los creyentes católicos por Navidad. Pero hay otra verdad. Detrás del denominado Quinto Río hay algo mucho más profundo y de antaño: los Pases de Niño familiares.
En barrios y parroquias rurales, familias enteras, en silencio, se preparan año tras año para agradecer al niño Jesús por las bendiciones, por la salud, por el trabajo, pero, sobre todo, por la unión entre los suyos.
Una de ellas es la familia Bravo Ordóñez, cuyos integrantes desde el 2001 organizan un Pase para su niñito. El evento, que se convirtió en una tradición, la inició
María Enma del Carmen Ordóñez, con el objetivo de unir a su familia, de dejar un legado y de venerar a Jesús.
“Mi mami hacía una misita al niñito siempre. Pero en el 2001 ella adquirió un niñito más grande y decidió hacer un Pase porque la familia crecía. Ella quería dejar un legado y compartir con sus niños el amor por el niñito Jesús”, dijo Doris Bravo, hija de doña Carmelita, como mejor le conocían a María Enma del Carmen.
Doris se quedó a cargo de mantener el Pase del Niño de la familia tras el fallecimiento de doña Carmelita en noviembre de 2012.
“Estábamos en la casa, en 2010, cuando mi mama se me acercó y me dijo que si algo le llegaba a pasar yo debía mantener el legado, que el niñito me iba a devolver todo”, agregó Doris.
Organización de los Pases
Organizar un Pase del Niño es un trabajo arduo. En el caso de la familia Bravo Ordóñez tienen un sistema: cada año, entre los hijos de doña Carmela escogen a un prioste mayor. Mientras que, entre los nietos se escogen otros dos priostes menores.
Los tres priostes se encargan de organizar el Pase, que no solo consiste en la manifestación religiosa, sino en un encuentro entre la familia y amigos cercanos que conocen sobre lo que significa el niñito milagroso de la familia Bravo Ordóñez.
Para obtener los recursos que luego se usan en el evento se organiza un bingo. Después, conforme se acerca diciembre, se comprar todos los implementos necesarios para la fiesta dedicada al niño Jesús.
Recordar a quienes no están
La familia Bravo Ordoñez no es la única que organiza su Pase del Niño. La familia Rivera, desde hace ocho años, organiza también una procesión religiosa para recordar a un ser querido: Miguel Ángel Rivera.
Después de su fallecimiento, la familia decidió que la mejor manera de rememorar a don Miguel era organizar un Pase del Niño con la imagen que él tenía.
“Cuando él estaba nos reuníamos con la familia. Después de que falleció decidimos que debíamos reunirnos para recordarlo y mantener la tradición”, contó Daniela Rivera, quien organiza con su familia el evento religioso.

Cuando recién empezaron a organizar, se reunían entre dos y tres familias. Pero con el paso del tiempo más personas se sumaron, y ahora, más de una docena de personas se alistan, mes a mes, para celebrar el 25 diciembre la Navidad.
“Creo que la mejor manera de recordar a mi abuelito es haciendo este Pase. Él era muy querido, no tengo palabras para describirlo. Pero hacer esto nos permite recordar un legado que nos dejó y que debemos mantenerlo”, dijo Daniela. (I)








