El centro histórico de Cuenca se colmó de fieles, rezos y música durante el Pase del Niño Viajero, una de las manifestaciones religiosas y culturales más concurridas de la ciudad, que este 2025 volvió a convocar a miles de personas a lo largo de su recorrido.
A las 07:00, la imagen del Niño Jesús sobrevoló la ciudad en helicóptero, bajo un cielo despejado, en un gesto simbólico que permitió extender la bendición a barrios, hogares y casas de salud.
El vuelo estuvo acompañado por monseñor Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca; monseñor David de la Torre, secretario general de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y el padre José Luis Auquilla, de la orden de los Carmelitas Descalzos.
Durante el trayecto aéreo, se elevó una oración por el pueblo cuencano y por quienes no pudieron salir a las calles.
Posteriormente, en la Catedral de la Inmaculada Concepción, se celebró la eucaristía previa al Pase del Niño Viajero.
La ceremonia fue presidida por monseñor David de la Torre y concelebrada por el arzobispo Marcos Pérez y el obispo auxiliar Fernando Ortega.



En la misa, se invitó a acoger al Hijo de Dios como guía para aprender a amarnos unos a otros con el mismo amor que Él tiene por la humanidad y a renovar el compromiso con el amor fraterno.
Tras la misa, cientos de personas aguardaron la salida de la Sagrada Imagen, que estuvo escoltada hasta San Sebastián, donde dio inicio el Pase del Niño Viajero, que avanzó entre música, danzas y color.
Familia Vanegas abre el Pase del Niño Viajero
La familia Vanegas fue la encargada de abrir el Pase del Niño Viajero, una tradición que mantiene desde hace 15 años.
César Arcentales Vanegas explicó que su participación es en agradecimiento por la salud y el trabajo recibidos durante el año.
“Participamos varias generaciones: abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos. Nuestro baile es espontáneo, acompañado por banda de pueblo, con humor y alegría”, señaló.
Según relató, la tradición familiar se remonta a sus bisabuelos, aunque tomó mayor impulso hace unos 25 años con sus abuelos Carlos Vanegas y Purificación Tenesaca.
Cada año estrenan trajes nuevos, confeccionados por José Luis Vanegas, y mantienen su participación en distintas festividades populares hasta el carnaval.
Unos 150 carros alegóricos, bandas de pueblo y miles de niños y adultos vestidos de ángeles, pastores y personajes bíblicos recorrieron la calle Bolívar.
Los villancicos se escucharon acompañados de instrumentos andinos como la rondadora y la zampoña, mientras familias enteras seguían el paso de la procesión.
La familia Pulla, encargada de preparar la chicha de jora entregó alrededor de 10.000 litros de la bebida.
Para Patricia Pulla esta preparación forma parte de una promesa familiar que se renueva cada diciembre.



Devoción de los migrantes
La devoción también convoca a quienes viven fuera del país. Martha Morocho, migrante en Estados Unidos, viajó expresamente para participar en la velada organizada por la familia Llivipuma Pulla y en el Pase del Niño Viajero.
“Vengo cada año con fe. Tenemos salud, trabajo y eso agradecemos al Niño. No hay que soltar la devoción ni la esperanza”, expresó. Recordó que, cuando era niña, doña Rosa Pulla (+) elaboraba el pan que se repartía en la novena, tradición que hoy continúa su hija Carmela Llivipuma.
Para Martha, salir de mayoral mantiene el mensaje que recibió de su madre de trabajar y reunirse en familia.

“Lo importante en esta Navidad es detenernos un momento, recordar y compartir”, dijo.
Los mayorales son personajes centrales del Pase del Niño Viajero y se distinguen por sus trajes coloridos y elegantes, adornados con lentejuelas.
Tradicionalmente participan a caballo o en carros alegóricos cargados de ofrendas como alimentos, juguetes y otros artículos que expresan gratitud y promesas cumplidas.
Plan de salvaguarda del INPC para el Pase
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) acompañó durante 2025 la actualización del Plan de Salvaguardia del Pase del Niño Viajero 2025–2027, con el objetivo de garantizar la continuidad de esta manifestación.
Como parte de este trabajo, en septiembre de 2025 se actualizó y registró la ficha de inventario de la manifestación en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural del Ecuador (SIPCE) y se complementó el expediente técnico que sustenta su condición patrimonial.
Ruth Ordóñez, directora zonal 6 del INPC, explicó que el plan fue elaborado por el GAD Municipal de Cuenca con asesoría técnica permanente del Instituto y responde a los criterios establecidos en la normativa vigente.
“El Plan de Salvaguardia define acciones concretas para proteger el Pase del Niño Viajero, identifica a los actores involucrados y establece un cronograma de trabajo que permite asegurar su continuidad desde una gestión participativa”, señaló.
Agregó que, este plan programático busca consolidarse como una herramienta de gestión participativa orientada a garantizar la continuidad, vigencia y sostenibilidad de esta manifestación emblemática.
El Pase del Niño Viajero, una de las manifestaciones religiosas y culturales más representativas del Azuay, mantiene su condición de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador, reconocimiento otorgado en 2008 y ratificado en 2016 con su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial del país.
Esta declaratoria reconoce el valor histórico, simbólico y social de una celebración que articula la fe católica con expresiones de la religiosidad popular andina. (I)
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