La bicicrosista cuencana Doménica Azuero cerró un 2025 intenso. Este año estuvo marcado por resultados internacionales, lesiones inesperadas y una convicción intacta. Su meta es pelear por la clasificación a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

El año comenzó con buenas noticias para la rider azuaya. En el Campeonato Panamericano logró la medalla de plata. Sin embargo, cuando el calendario empezaba a tomar ritmo, apareció el primer golpe. Sufrió una lesión que la obligó a frenar y someterse a un proceso de recuperación detallado. Aún tenía la mira puesta en el inicio del nuevo ciclo olímpico.

Su regreso a las pistas incluyó participaciones en una Copa Latina, el Campeonato Sudamericano y una Copa del Mundo. Pero la mala fortuna volvió a cruzarse en el camino. Una nueva lesión la dejó fuera de los Juegos Bolivarianos 2025. Se trataba de una de las competencias para las que se había preparado con mayor ilusión.

Año complicado para Doménica

“Ha sido un año duro, sobre todo en lo mental. Sales de una lesión, vuelves a tu nivel y cuando estás lista para un objetivo importante, otra vez tienes que parar”, reconoce Azuero. Ha trabajado de la mano de una psicóloga deportiva en Chile para sobrellevar la frustración. Esto le ayudó a enfocarse en una recuperación responsable.

A sus 29 años, la ‘Dome’ entiende que el margen de error es cada vez menor. Pero también siente que la experiencia juega a su favor. Por eso, su mirada ya está puesta en el 2026, año clave para iniciar el camino olímpico.

Su planificación contempla regresar a Francia. Allí entrenará junto a su coach Mike Violan y competirá desde marzo en Copas Europeas. Además, participará en pruebas en Copas del Mundo, el Campeonato Panamericano, el Mundial y los Juegos Suramericanos, que se disputarán en Santa Fe, Argentina.

No obstante, el principal obstáculo no está en la pista, sino fuera de ella. Actualmente, Azuero cuenta únicamente con el respaldo del Plan de Alto Rendimiento, sin apoyo de la empresa privada. “El ciclo olímpico es carísimo. Solo un pasaje a China cuesta alrededor de 7.000 dólares, sin contar estadía, inscripciones ni logística. Siempre va a hacer falta apoyo si queremos competir al más alto nivel”, advierte.

Redoblar esfuerzos

La cuencana lamenta que este año haya perdido el respaldo de un equipo europeo debido a sus lesiones. Esto la obliga a redoblar esfuerzos para financiar su carrera. Incluso ha tenido que combinar trabajo y entrenamientos en Chile para sostener su preparación. En un deporte donde el costo mensual de un entrenador ronda los 800 euros.

Más allá de la competencia, la azuaya también encontró motivación formando a nuevas generaciones. Durante este año entrenó a un grupo de niñas en bicicross, una experiencia que la conectó con el origen de su pasión. “A las mujeres muchas veces las dejan de lado. Trabajar con ellas me recordó por qué hago esto y me devolvió mucha fuerza”. (D)