Ecuador ha confiado su proyecto nacional de fútbol a expertos españoles en una regeneración a gran escala con la que busca un salto cualitativo a nivel tecnológico, formativo y estructural que abarcará toda la década.
En esta gran apuesta a largo plazo para extraer todo el potencial de sus jugadores, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) ha recurrido en el plano deportivo de su proyecto a los españoles Antonio Cordón y Jordi Cruyff.
El nuevo tándem de expertos españoles (Cruyff tiene también la nacionalidad holandesa) ya ha trabajado junto en el pasado, y ahora deberá arremangarse bien para acabar con las frustraciones de la FEF y de la afición ecuatoriana en los últimos años.
El lunes en la presentación de Cruyff como nuevo seleccionador, el presidente de la FEF, Francisco Egas, aseguró que se había buscado a un experto que proviniera de las mejores escuelas formativas, alusión a una Masía barcelonista que sirve cada vez más de ejemplo en el país.
También el Independiente del Valle la tiene como referencia, en un anhelo por un fútbol más técnico, competitivo y donde el rendimiento es ya imperativo: lo pide la afición, no la FEF.
Pero a diferencia del Independiente, donde las decisiones afectan a un solo esquema organizativo, la gran pregunta sobre esta nueva apuesta de la Federación será cómo combinar en la selección -que reúne a jugadores de muchos equipos- un estilo de juego que apuesta por la posesión del balón, con otro latinoamericano más dado al contraataque y la improvisación.
«Yo creo que terminarán en el punto intermedio», afirmó Egas a Efe al ser consultado sobre esta dicotomía de estilos.
Aunque crecido en La Masía e hijo de Johan Cruyff, quizás el máximo exponente del «fútbol total», a lo largo de su trayectoria como futbolista Jordi Cruyff ha jugado en entornos bien diferenciados (España, Inglaterra, Ucrania y Malta) y también dirigido o entrenado (Chipre, Israel y China).
Precisamente en su última experiencia, el Chongqing Dangdai Lifan, debió adaptarse a un nuevo estilo de juego pese a ser un entrenador con «instinto de posesión»; es decir, no se cierra a un estilo y si hay que jugar al contraataque, lo juega.
Y es que lo que quizá destaca del tándem español -y sea probablemente lo que más ha llamado la atención de la FEF- es su capacidad de sacar el máximo provecho a sus plantillas.
Así lo demostró el nuevo técnico de Ecuador en el Maccabi de Tel Aviv (2012-2018) y en el Chongqing Dangdai Lifan (2018-2019).
En ese sentido, sus conocimientos le llevarán a descubrir pronto el potencial y limitaciones del futbolista ecuatoriano, que nunca había dejado su futuro, a nivel de selección, en manos españolas (la única vez anteriormente fue en 1949, José Planas, cuando el fútbol local no estaba siquiera profesionalizado).
La explosión del fútbol ecuatoriano comenzó con el montenegrino Dusan Draskovic en la década del 90 y lo consolidó la escuela de técnicos colombianos a partir del 2000 con clasificaciones a los Mundiales de 2002, 2006 y 2014.
Desde entonces, entre los retos de sus técnicos ha estado el bajar al mundo terrenal a aquellos que se ven estrellas, refrescar filas (las selecciones inferiores son prometedoras), imponer disciplina, conformar un equipo y concederle una nueva cultura futbolística.
Fabián Gallardo, uno de los más reconocidos periodistas deportivos ecuatorianos, cree que lo que realmente «conspira contra cualquier técnico que hubiese llegado» a Ecuador, es «la falta de trabajo» estos últimos meses, porque la FEF «dilató su nominación» para un cargo vacante desde agosto pasado, y ahora tiene encima compromisos cruciales.
La eliminatorias del Mundial de Catar comienzan en marzo frente a Argentina, y en junio estará la Copa América.
Ambos procesos serán claves para Cruyff y su equipo técnico, que deberán convencer con más fútbol y resultados para hacer olvidar los sucesivos fracasos de 2017 a 2019.
Porque si el futbolista ecuatoriano es receptivo, veloz y tiene potencia física y técnica, quizá lo que más requiera es hacer que se «comprometa» con la causa. Cuando lo hace, facilita la labor a los técnicos y los resultados.
«La estructura armada con Cruyff y Cordón será la primera porque antes ni siquiera se había intentado. Hay una gran expectativa de lo que se pueda hacer para impulsar y sostener este proyecto, con metodología de trabajo clara y un orden que no hubo antes», destacó a Efe Tito Rosales, editor de deportes de El Comercio.
En cualquier caso, la tarea de Cordón y Cruyff penderá de los resultados, en un país que privilegia los marcadores, los títulos y las clasificaciones, más allá de fórmulas y estilos futbolísticos. EFE