Daniel Arévalo, general manager Ecuador de la empresa Glovo, aplicación que compra y reparte pedidos a domicilio a través de motorizados, ayer visitó Cuenca, en donde abrió una oficina en noviembre de 2018.
Cuenca se ha consolidado como la tercera ciudad más importante en el Ecuador dentro de las operaciones de Glovo; medimos esto a nivel de ventas y pedidos. Quito y Guayaquil siempre se reparten el 50% de las ventas y Cuenca tiene un crecimiento muy interesante, representa el 8% de las ventas del país”, destaca.
Uno de los pilares importantes, revela, es que Glovo adquirió a “Domicilios”, empresa que ya operaba en el Ecuador y desde entonces el crecimiento ha sido mucho más rápido. “Somos una App de multicategoría, donde se puede pedir supermercado, farmacia, si te olvidaste las llaves de tu casa…pero comida es el pilar más importante, cerca del 85% se concentra en este rubro”, comenta.
Pero ¿mientras ustedes como empresa crecen, así como los comercios aliados a Glovo, qué pasa con los trabajadores que hacen el reparto y van a toda velocidad por la ciudad en moto?
Arévalo reconoce que sus repartidores no tienen un salario fijo, ni están afiliados al Seguro Social; y afirma que cada repartidor gana entre 750 y 1.200 dólares.
“Ellos son nuestros proveedores y eligen cómo y cuándo conectarse, las horas que desean hacerlo, son profesionles autónomos que facturan y tienen flexibilidad absoluta”.
Además, dice Arévalo, según un estudio que realizaron, el repartidor está un año en la plataforma y luego decide emprender o hacer otra actividad “no es que se quedan por muchísimo tiempo, pero me gusta mucho ver que en perspectiva pueden triplicar un salario básico y el costo de oportunidad de esta gente es altísimo porque estaba desempleada”. (ACR)-(I)