Con apenas 2.000 contagios confirmados y 58 muertes en todo el continente, la mayoría de países africanos ha adoptado medidas drásticas de confinamiento y movilizado elevadas sumas para frenar la propagación del coronavirus sin esperar a que la situación se desborde, como ha ocurrido en algunos países de Europa.
«Si nos volvemos complacientes, el virus nos golpeará más fuerte que Europa porque nuestros sistemas de salud son frágiles», advirtió recientemente el subdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (África CDC), el doctor keniano Ahmed Ogwell. «Debemos adelantarnos a esa curva (de contagios) para evitar grandes sufrimientos y pérdidas humanas», sentenció.
Ogwell hizo esas declaraciones después de que el director general de la Organización Mundial de la salud (OMS), el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, recomendara a su continente «prepararse para lo peor».
Las cifras en este continente son bajas en comparación con los más de 424.024 contagios y casi 19.000 muertes contabilizadas en más de cien países, según el mapa de datos sobre el virus de la Universidad John Hopkins (EEUU).
Hasta la fecha, la pandemia ha dejado huella en 43 de los 54 países del continente africano, la región menos infectada del planeta y donde una gran parte de los casos han sido importados de Europa, si bien la transmisión local empieza a intensificarse.