Valoramos la salud cuando nos sentimos amenazados, ante la pandemia del Covid 19, que ha puesto en vilo a todo el mundo, sin distingo de etnias, propiedades, conocimientos, ideologías, religiones, edades, profesiones, procedencias, etc. Todos nuestros organismos potencialmente son susceptibles de ser colonizados por un microorganismo todavía poco conocido que, a través de su ARN altera la homeostasis de las células alveolares, destruyendo el tejido pulmonar, que por estimaciones el peligro de fallecer alcanza hasta el 3% de los infectados.
Se siente la importancia de estrategias de promoción de salud y prevención de la enfermedad, como nunca antes, que constituyen únicas medidas factibles sociales y probables económicamente, en el orbe, aun en países desarrollados, que cuando han sido rebasados por el número de contagiados, sus sistemas de salud se vuelven inefectivos, enviando a proseguir con la enfermedad en los hogares, a muchos enfermos, cuando sus condiciones adversas requieren cuidados secundarios y terciarios de hospitalización y cuyos servicios tanto públicos como privados no dan abasto, como en España o Italia, que muestran situaciones de alarma.
Lo inadmisible es no aprender de situaciones críticas, cuando el susto nos impele al autocuidado y el sistema de salud debe reeducarse en la marcha, para priorizar las acciones de fomento de resistencia ciudadana, además de curación de la enfermedad, que igual debe potenciarse. La salud de base en el Ecuador, sin considerar a la pandemia tampoco es buena, si consideramos que el dengue ahora mismo está afectando en ciertos sectores de la costa a más pacientes, que con coronavirus, así como la desnutrición infantil en menores de cinco años que condena al subdesarrollo biológico al 25 % de los menores de 5 años, que por su cronicidad nos acostumbramos a no observarla ni atenderla, como un descuido infame de los políticos del gobierno y de la oposición, por cuanto así como en la pandemia actual no es un problema solo médico si no más bien social, conociendo la vacuna que es dotar de infraestructura sanitaria y alimento, nada más, ¿pero a quién le importa? (O)