El reto de la educación on line es saber cómo trasladar las técnicas tradicionales a la enseñanza virtual y cómo fortalecer nuestra propia identidad en cultura educativa; eso implica, que el docente debe “estar” y “conocer” los medios digitales, lo que de por sí, es ya todo un aprendizaje. Por otro lado, hay particularidades como la cultura, organización institucional y aspectos tecnológicos que, de acorde a nuestra realidad, no son los óptimos para una educación virtual. En la actualidad, los cambios que afrontamos inducen a una mutación sistemática en teoría y práctica didáctica; es decir, las nuevas tecnologías están transformando la ecología del aula y las funciones docentes.
Uno de los pilares de la educación que no queda fuera es la evaluación, herramienta que, usada adecuada y razonablemente, permite alcanzar los objetivos del aprendizaje. En este sentido, el docente evaluador debe desarrollar estrategias para conocer, de forma efectiva, lo que evalúa; además, es una oportunidad para promover una permanente reflexión sobre logros y obstáculos en el desarrollo de las tareas. Adicionalmente, la evaluación debe preocuparse por la formación intelectual, afectiva, moral y física del estudiante, lo que implica todo un proceso sistemático, continuo e integrado, dentro de uno más general que es el educativo.
Hay recursos necesarios que los docentes deben considerar para una buena calidad educativa: capacitación, comunicación interactiva, contenidos adecuados y recursos. La calidad educativa mejorará si se elevan los estándares; por tanto, cada etapa evaluativa debe ser predefinida, medible y perfectible. Pero eso no es todo, también, es importante cambiar la manera de pensar para transformar cada crisis en una oportunidad, ya que muchos, erróneamente, creen que la calidad educativa es privilegio de pocos (O).
