España inició este lunes su Semana Santa más extraña, sin vacaciones ni celebraciones religiosas y con la gran mayoría de la población confinada en sus viviendas, mientras observa esperanzada cómo las cifras del coronavirus muestran una mejoría progresiva.
La cifra de muertes divulgada este lunes, 637, fue la más baja registrada en un solo día desde el 24 de marzo, con lo que el total de fallecimientos alcanza 13.055 en España, según los datos divulgados este lunes 6 de abril de 2020 por el Ministerio español de Sanidad.
Además, los casos totales suman 135.032, con un incremento diario del 3,2 %, el menor desde el inicio de la expansión del virus en España, y también el número ritmo de pacientes ingresados en cuidados intensivos.
«Estos datos siguen confirmando la tendencia a la ralentización» de la enfermedad, afirmó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en rueda de prensa, en la que resaltó que «los esfuerzos contra el coronavirus empiezan a dar resultados».
PLANIFICANDO EL FIN DE LA CUARENTENA
Viendo que por fin la curva de nuevos contagios se está controlando, el Gobierno español está planificando ya la estrategia de salida del confinamiento, pero de forma gradual y progresiva para evitar una recaída.
El confinamiento español, aplicado desde el 14 de marzo, es de los más estrictos en el mundo y solo permite salir a trabajar a quienes realizan labores en sectores esenciales, como alimentación, energía, transporte, sanidad o seguridad. La gran mayoría de los ciudadanos deben permanecer en sus viviendas y solo pueden salir brevemente a comprar alimentos o pasear a sus mascotas.
En la nueva etapa se necesitará «tanta o más disciplina que en la anterior», recalcó hoy el ministro de Sanidad, quien recordó que «nos enfrentamos a la mayor emergencia sanitaria en cien años, en España y en el mundo».
Las autoridades están preparando una doble estrategia de salida a las medidas de confinamiento de la población: por un lado se usarán los test rápidos para la detección precoz de casos, incluso los leves, y por otro se emplearán esas mismas pruebas para medir cuántas personas desarrollaron anticuerpos y conocer mejor cómo está circulando el virus.
SEMANA SANTA INSÓLITA SIN VACACIONES
En cualquier caso, la flexibilización del confinamiento llegará después de esta Semana Santa insólita y excepcional, con la gran mayoría de los 47 millones de habitantes del país continúan confinados en sus viviendas.
Otros años, muchos millones de ciudadanos participaban en masivas migraciones masivas a las playas, las estaciones de esquí o a hoteles rurales, con enormes atascos de tráfico o un gran uso del ferrocarril, y también en viajes turísticos al extranjero.
Este fin de semana, la Guardia Civil desplegó un gran dispositivo de control en las carreteras para intentar detectar a gente que pudiera intentar «huir» de las ciudades a sus segundas residencias en lugares vacacionales.
El resultado fue que los españoles fueron muy disciplinados: de un total de 18.444 puntos de control por todo el país, apenas se formularon algo menos de 3.200 denuncias durante todo el fin de semana, detalló hoy en rueda de prensa el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago.
PICARESCA E INGENIO RELIGIOSOS
Aún así, la picaresca pervive en el espíritu de los españoles, algunos de los cuales no se resisten a dejar de vivir sus tradiciones en medio de un confinamiento que continuará hasta el 26 de abril, aunque para algunos sectores económicos se flexibilizará desde el lunes próximo.
Así, la Policía Local de Sevilla (sur) disolvió este domingo la celebración de una misa que tenía lugar en la azotea de una iglesia (era Domingo de Ramos) y en la que se usaban unos altavoces para que la escuchase la mayor cantidad de vecinos posible.
También se suspendieron por todo el país las procesiones religiosas de la Semana Santa, algunas de la cuales son muy famosas en todo el mundo, especialmente las de Sevilla, capital de la región de Andalucía.
En esa ciudad, y ante la imposibilidad de participar en las procesiones, un hombre sacó a pasear a su perro (actividad permitida) ataviado con su traje de nazareno entre los aplausos y vítores de vecinos que miraban desde sus balcones, según imágenes que circulan por redes sociales.
En otros lugares, los más fieles recurren al ingenio y la tecnología: una hermandad religiosa de Málaga (Andalucía) mantendrá su tradición de que una imagen religiosa de Jesús Nazareno bendiga al pueblo mediante un movimiento mecanizado del brazo, pero en lugar de hacerlo en la calle durante la procesión del Jueves Santo será en la iglesia, a puerta cerrada y ofrecida por televisión.
Mientras tanto, los múltiples lugares turísticos españoles permanecen vacíos, y los dueños de hoteles, restaurantes y bares se preguntan cuándo podrán volver a recibir visitantes y, sobre todo, si volverán los 83,7 millones de turistas extranjeros que llegaron al país en 2019, una cifra récord, o al menos una parte importante de ellos.
El cierre de esta Semana Santa supone la pérdida de un 15 % del negocio turístico anual del país, un sector que emplea a dos millones de personas y supone aproximadamente el 14 % del Producto Interior Bruto (PIB) español. EFE