Las esculturas de los próceres de la independencia sudamericana, Bolívar y San Martín, en el Hemiciclo de la Rotonda, de Guayaquil, tienen tapabocas de las que se usan en prevención del contagio del virus. Parece una intervención artística pero es una campaña de concienciación ciudadana sobre la necesidad de usarlos para protegerse y ha motivado polémica.
La iniciativa nació, originalmente, del gobierno local de Buenos Aires, Argentina, por idea del publicista Ramiro Agulla. A su vez, “Desde Argentina, nos han donado una idea para crear conciencia sobre el uso de la mascarilla y convertirla en iniciativa mundial… la estamos implementando”, escribió la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri en su cuenta de redes sociales y causó controversia entre público y los mismos artistas.
“En medio de la desgracia alguien con buen sentido del humor que bueno”, escribió Mirian Granda, en Twitter; “Se están dando la mano en plena emergencia”, contestó Juan Pablo Ayala. “El histrionismo de esta mala copia criolla de Claire Underwod supera la ficción”, dijo Jorge Osinaga Paredes.
“En vez de mascarillas en monumentos, en una ciudad donde este implemento ya escasea, deberíamos más bien colocar ataúdes de cartón en las esquinas, pintados de rojo como la sangre que caía de los camiones frigoríficos que llevaban cadáveres al cementerio de Pascuales”, dijo el artista Falco. (AVB)-(I)